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Opinión

Coalición de los sectores sociales

Ya se avecina un nuevo proceso electoral en el país y desgraciadamente las fuerzas sociales aun no encuentran un nicho donde situarse y, lejos de ello, esas fuerzas tienden a diluirse en un mar de confusión, pues sabedoras que ni el PLN, ni el PUSC, ni el ML los representan con estructuras partidarias vencidas por el tiempo y diseñadas para crear las condiciones en su propio beneficio, tampoco hemos sido capaces de conformar un proyecto que realmente represente los intereses de la sociedad civil.


Mal entienden quienes creen que alrededor de estructuras anquilosadas se puede dar solución a los tantos problemas que enfrenta el país, pues el tema va más allá de la corrupción que han generado durante tantos años principalmente los dos primeros partidos mencionados, que desde 1948 se reparten el tamal, dejando si acaso las hojas al pueblo.


La partidocracia que se vive en el país desde hace tantos años sin duda es una deformación de la democracia, pues se trata de simples maquinarias electorales, que nos hacen pensar que vivimos en democracia cuando lo cierto es que los únicos actores son los partidos políticos y los oscuros intereses económicos que representan. Por demás, como lo ha denunciado el Ministerio Público, esas estructuras han aprovechado los recursos de la deuda política en una forma fraudulenta estafando el erario público.


Es fácil darse cuenta que en las estructuras partidarias del PLN y PUSC (bipartidismo que solo se vio interrumpido cuando emergió el PAC), sus dirigentes de base y medios son las personas más incapaces de cada comunidad, o sea, en lugar de escoger a sus cuadros por méritos, recurren a las personas más corruptas, dóciles e ignorantes para manejarlas por medio de la prebenda y el chorizo.


La misma cosa. Considero que el escenario del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos permitió comprobar que los dirigentes del PLN y PUSC eran la misma cosa, y entonaban al unísono junto a los mal llamados libertarios la misma cantaleta, alabando las bondades de la globalización y el TLC, expresión más acabada del neoliberalismo, que en lo fundamental socavó nuestra soberanía y el Estado Social de Derecho, evidenciando con ello su incoherencia ideológica y la renuncia a los postulados que en algún momento hacían gala, de socialdemócratas ó socialcristianos.


Es fácil notar cómo los libertarios han hecho causa común en el parlamento con los liberacionistas repartiéndose desde el primer año el directorio legislativo, y ahora por cálculo electoral se distancian y utilizando un lenguaje vulgar, llamando “engüevados” a quienes hace poco eran sus aliados. No se puede dejar de lado las declaraciones del doctorcito Hernández del PUSC, quien reconoció haber apoyado el TLC y haber votado por Oscar Arias, declararse ahora multicolor y neoliberaly con semejantes atestados se presenta ahora como candidato de oposición. Por supuesto no me voy a referir a su dudosa vocación de servicio, donde sin sonrojarse reclama la bicoca de siete millones y medio de colones mensuales por ser candidato. ¡Así hasta yo, diría Camote!


Estos partidos han querido hacernos pensar, que ellos y sus estructuras son un mal necesario y el mejor de los casos llaman a votar por “el menos peor”, pero considero que llegó la hora de que los ciudadanos honestos y conscientes nos apartemos de ellos y busquemos sendas realmente democráticas. Si bien la legislación electoral no posibilita el lanzar candidaturas independientes, lo cierto es que como sociedad civil organizada, en muchos casos por medio de las redes sociales, organizaciones sociales y comunales, podemos orientar al electorado a luchar contra el clientelismo, las estructuras partidarias corruptas y exigir a quienes sean candidatos presentar un programa mínimo vinculante, que los defina en áreas tan importantes como la salud, el derecho al trabajo, la educación, las relaciones internacionales, la economía, medio ambiente, comprometiéndose a renunciar en el momento que las mismas sean incumplidas. En fin un pacto con el pueblo y no a sus espaldas como ha venido ocurriendo desde hace tantos años.


Si bien es cierto que no se pudo lograr la coalición, desde las bases de las organizaciones sociales aun podemos impulsar un proyecto que represente los intereses de la ciudadanía. Hacerlo es un imperativo, la pregunta es cómo. Pero tenemos que confiar en la inteligencia de los pueblos, que en los momentos más álgidos de la historia, siempre han encontrado la respuesta.


*Frente Cívico de Osa.

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Martes 10 Septiembre, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Gustavo Adolfo López Báez

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