El tren interprovincial

Estoy convencido de que aprender es un regalo aunque el maestro sea un dolor. Después de tener en funcionamiento el tren en Costa Rica desde el siglo XIX, con sus adelantos como la electrificación, de la noche a la mañana y de un plumazo se decidió a finales del Siglo XX acabarlo, considerando erróneamente que el futuro del transporte estaba en las carreteras. Esta metida de patas presidencial resultó cara, cuando meses más tarde las carreteras se encontraron desechas, inservibles. Por fortuna, en estos años despertó el interés de otros gobernantes por revivirlo y ahora, el gobierno actual con don Miguel Carabaguíaz en el Incofer, se ha dado a la tarea de poner en marcha aquello que pareció la misión imposible. Los trabajadores del ferrocarril, como en el pasado, han hecho grandes esfuerzos para reconstruir lo que quedó inservible hasta que en este momento, el avance a las provincias camina aceleradamente sobre rieles. La meta ahora es Alajuela, promesa de la Presidencia de la República, quien por el progreso de los trabajos se cumplirá como sucedió con los cartagineses.

El tren enrumbado sobre las nuevas tecnologías de infraestructura, como reforzamiento de puentes y los modernos durmientes, no deja de pitar. Pero no sólo eso, es el equipo moderno de máquinas y vagones importados de Europa con capacidad para cientos de personas llevadas diariamente a sus trabajos. Satisface el adelanto ferrocarrilero en el país acortando el tiempo en las distancias. Se ven las ventajas del tren en las provincias de Heredia y Cartago y ahora las veremos también en Alajuela. En todas, la belleza del paisaje será sin discusión cómplice del adelanto del trasporte. Por las condiciones extraordinarias del tren, el futuro promete a esta nación que pudo experimentar la angustia de ver como sobre los durmientes, agonizó el hierro del mejor transporte del mundo. Ahora el turno es para la bella ciudad de Alajuela que en menos de un año, estará movilizando a miles de personas con seguridad y comodidad. Si se hiciera una conexión con el Aeropuerto Juan Santamaría, los beneficios del tren serían mucho mayores, sería como colocarse un clavel en la solapa.

La incorporación de una línea férrea hasta el aeropuerto auxiliaría en el trasporte a cientos de trabajadores locales así como turistas nacionales y extranjeros. Podría ser un alivio para la carga y las encomiendas que a todas horas del día y de la noche se dan allí. Ha llegado la hora de pensar en proyectos trascendentes, que más allá de su dificultad, signifiquen un avance para la producción, el transporte y el desarrollo de las regiones. La conectividad interprovincial a través del ferrocarril ha demostrado ser un triunfo del Incofer. Necesitamos volver a conectar con ferrocarril el mar Atlántico con el Pacífico, como fue en el siglo pasado y reactivar nuevamente la economía de los cientos de personas que quedaron sin trabajo con el cierre del tren.

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Sábado 10 Agosto, 2013

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Eliseo Valverde Monge