Lunes 29, Abril 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

Emaús, fuerza de la Palabra y la Eucaristía

La voz del Arzobispo

En el bullicio del día a día, entre los afanes diarios y las preocupaciones que nos agobian, es fácil pasar por alto la presencia de Jesús en nuestra vida, aunque Él está ahí, siempre cercano, caminando a nuestro lado, esperando ser reconocido.

Precisamente, el evangelio del tercer domingo de Pascua nos envolvió en esa lógica al presentarnos el relato conmovedor de los discípulos de Emaús (cf. Lc. 24, 13-35), que, sumidos en la tristeza y la desolación tras la muerte del Señor, abandonan Jerusalén con el peso de la derrota sobre sus hombros. 

En su camino hacia la aldea de Emaús se les une Jesús resucitado, aunque ellos, en su aflicción, no logran reconocerlo. Con amor y comprensión, Jesús se acerca a ellos y les revela, a través de las Escrituras, el significado profundo del sufrimiento del Mesías y su gloriosa resurrección. 

Es un encuentro lleno de emociones, donde la luz de la esperanza comienza a brillar en medio de la tristeza que oscurece el futuro.

La expresión “Nosotros esperábamos...” que pronuncia uno de los discípulos en su conversación con el peregrino desconocido revela su profunda desilusión y decepción: ellos habían creído con fervor, habían seguido a Jesús con dedicación y habían depositado sus esperanzas en él, pero ahora, con su muerte, todo parece haber llegado a su fin. 

El relato de los discípulos de Emaús resuena como un eco de la realidad de muchos cristianos en la actualidad pues, en ocasiones, parece que la misma fe se tambalea ante las experiencias negativas que nos hacen sentir abandonados por el Señor. 

Así, Emaús representa la travesía que todos emprendemos, llena de altibajos, sorpresas, encuentros y desafíos. 

Como nos narra el Evangelio, mientras Jesús explica la Palabra a estos discípulos, se produce un proceso transformador en sus corazones y mentes. Durante esta enseñanza, los discípulos experimentan una apertura gradual a la comprensión de las Escrituras y de la verdadera identidad de Jesús como el Mesías prometido. Su Palabra tiene un efecto sanador en los discípulos y en su escucha encontramos dirección, consuelo y sabiduría para afrontar los desafíos. Pero hay que ponerse en camino, “a Jesús no se le puede conocer ‘en primera clase’ o ‘en la tranquilidad’, menos aún ‘en la biblioteca’. A Jesús se le conoce solo en el camino cotidiano de la vida” (Papa Francisco, 26 setiembre del 2013).

Luego, al entrar con ellos en la casa, Jesús se sentó a la mesa, bendijo el pan y lo partió. 

En ese instante lo reconocieron, dejándolos maravillados ante un nuevo signo de su presencia. Impresionados, los dos discípulos regresaron sin demora a Jerusalén para compartir lo que habían presenciado. 

También, en la Eucaristía, Jesús se hace tangible en nuestras vidas.

 Al compartir el pan en comunidad, experimentamos una conexión profunda con Él y con nuestros hermanos. 

PERIODISTA:

EMAIL:

Lunes 15 Abril, 2024

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Mons. José Rafael Quirós

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA