Soy un hombre casado de 32 años. Siempre he disfrutado el sexo, y yo era de esos hombres que siempre tiene ganas de mantener relaciones. No sé por qué, pero hace como un año y medio dejé de ser así. Me cuesta calentar, ya no busco a mi esposa, y ahora más bien es ella la que me pide tener relaciones y me cuesta empezar. Me tiene que estimular mucho para que yo pueda arrancar. Eso ya me está provocando problemas con ella.
El deseo sexual normalmente está presente a lo largo de toda la vida una vez que aparece con la adolescencia y aunque pueden ocurrir fluctuaciones nunca desaparece ni mucho menos cuando no hay ninguna causa aparente.
Por eso cuando el ímpetu sexual ha venido a menos y además se requiere de mucho estímulo para iniciar una relación sexual, se debe consultar cuanto antes, porque es muy probable que el problema se agrave con el tiempo y puede que se afecte la firmeza de la erección.
Desde luego, estos bajonazos en el deseo conllevan una serie de repercusiones psicológicas y emocionales en ambos miembros de la pareja, por un lado, porque representa un fuerte golpe a la autoestima masculina, el hombre se siente mal por no poder cumplir con su mujer y con frecuencia la mujer se siente rechazada, no complacida y hasta puede cuestionarse si será que ya no le resulta atractiva al varón.
En la mayoría de estos casos, la causa es estrictamente física en relación a un mal funcionamiento de alguna de las diversas glándulas del cuerpo, como tiroides, hígado, páncreas, entre otras. En estos casos, lo que procede es identificar la causa para así tratarla y con ello la mayoría de los pacientes logran recuperar el desempeño sexual.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernandez/ Un mundo sexual
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Sábado 22 Febrero, 2020
HORA: 12:00 AM
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