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Opinión

Ecuador… Chile… a nosotros nos llevan por el mismo camino

Albino Vargas Barrantes* / ANEP

Los recientes estallidos sociales ocurridos en las hermanas naciones latinoamericanas de Ecuador y de Chile dejan a las claras que el modelo económico neoliberal es un soberano fracaso. Así de contundente.

Las desigualdades sociales se han hecho insostenibles en la América Latina y el neoliberalismo, de esencia violenta en lo económico, se mostró tal cual es: un sistema de organización de la sociedad que la polariza y que para seguirse sosteniendo debe recurrir a formas autoritarias del ejercicio del poder; pero, lo que es más grave aún, a sangre y fuego.

Particularmente, en el caso de Chile, con 15 muertos ya, se reaviva el dolor generado por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Ver al ejército de ese país en las calles nos recuerda que su pérfido legado sigue presente, pues son los militares, los milicos, los verdaderos soportes del poder que ejercen los grandes grupos económicos que han expoliado al pueblo trabajador chileno.

Viniéndonos a nuestras fronteras, tenemos que la coalición político-mediática y económico-empresarial, hegemónicamente dominante en los momentos que estamos viviendo en Costa Rica, se inspira en los mismos postulados neoliberales que hoy escupen fuego contra los pueblos enardecidos de Ecuador y de Chile, hartos de tanta explotación, exclusión y corrupción.

Esta gente que está gobernando aquí, en Costa Rica, la preponderante desde el punto de vista político-ideológico, viene tomando medidas en las últimas Administraciones que, en vez de propiciar el bien común y la integración social, fomentan la concentración de la riqueza, así como la paulatina, pero parece que indetenible, desaparición de la clase media, misma que fuera, hasta hace no poco tiempo, base fundamental de la estabilidad democrática.

Particularmente, la ofensiva neoliberal en Costa Rica contra las mayorías se ha intensificado en la presente gestión gubernativa, notándose un encadenamiento político-ideológico desde la esfera macroeconómico-fiscal del Poder Ejecutivo, con las voces preponderantes en el Parlamento y que determinan las decisiones legislativas que se han venido tomando, avalada por la complicidad de la institucionalidad de la Contraloría, de la Procuraduría, de la Defensoría, de la Aresep; así como con la esfera judicial-política; inspiradas todas y, por lo general, en las líneas ideológicas que emanan desde las matrices mediáticas dominantes, las del periodismo de odio.

La verdad es que esta élite de poder viene jugando con juego hace ya bastante tiempo y, como dice nuestro pueblo, se le viene “jalando mucho el rabo a la ternera”. Debemos reiterar, una y mil veces más, que los indicadores sociales son contundentes en cuanto a demostrar que la desigualdad crece, que la corrupción crece, que el crimen organizado-narcotráfico crece, que la pobreza crece, que el desempleo crece; que las deudas obrero-sociales crecen, que la precariedad salarial crece, que la informalidad crece, que las quiebras en micro, pequeña y mediana empresal crecen; que el deterioro de valores crece, que la deuda pública crece, que el pago de sus intereses abusivos crece, que el déficit fiscal crece, que la evasión tributaria crece, que la elusión impositiva crece; en síntesis, que la desesperanza crece…

Ecuador… Chile… ¡A nosotros nos llevan por el mismo camino! La única ventaja que esta gente nos lleva es nuestra propia falta de unidad para una articulación de peso que les confronte. En el campo de lo popular, de lo cívico, de lo patriótico, hay claridad de ello; que no es lo mismo que tener conciencia de ello.

A pesar de que, también, crece el enojo, crece la cólera, crece la iracundia, crece la frustración; esa sensación de mezcla entre impotencia e ímpetu de que hay que hacer algo, no logramos encontrar la ruta correcta hacia la convergencia. Sin embargo, hasta más no poder debemos seguirlo intentando.

Porque, si hay algo que nos sobra a los sectores sindicales, sociales, populares y cívico-patrióticos, es una gran capacidad de propuesta para un desarrollo alternativo al que, manchado de sangre, nos prometen con el neoliberalismo.

Particularmente, desde el seno de la corriente sindical en la cual militamos, como lo hemos indicado ya muchas veces, son varias ya las propuestas de corte alternativo que hemos formulado, todas las cuales cobran mucha más vigencia a medida que la élite de poder actualmente dominante avanza en su fatal ruta de exclusión, la misma que ha hecho reventar a Ecuador y a Chile. ¡A nosotros nos llevan por el mismo camino!

 

*Secretario General Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados (ANEP)

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Miércoles 23 Octubre, 2019

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