Lo solitario y silencioso de la calle Los Mora, ubicada en Zapote, detrás de las instalaciones del Colegio de Abogados, fue el escenario elegido por un hombre, cuya identidad no trascendió, para quitarse la vida.
Según contaron dos vecinas del lugar, ellas pasaron por el sitio a eso de la 1:30 p.m. del jueves con dirección hacia un supermercado y la clínica del lugar, cuando vieron un vehículo y cruzaron miradas con el conductor, un hombre de aproximadamente 50 años.
Pero al ser usual que en la zona lleguen conductores a descansar o hablar por teléfono, siguieron su camino sin darle mucha atención al lujoso vehículo.
Minutos más tarde cuando regresaban a su casa, se encontraron con varios vecinos rodeando el carro.
El conductor ya estaba fallecido, las ventanas del auto estaban cerradas, pero por la puerta se apreciaba un orificio, el cual quedó luego de que el hombre se disparara en la sien derecha.
Tras el impacto en la cabeza, el arma 9 milímetros quedó empuñada en su mano derecha y ubicada entre sus piernas, mientras que junto a él había una carta, aunque se desconoce para quién iba dirigida y que decía.
El vehículo en que sucedió el posible suicidio es un Audi modelo A4 color blanco, placa número VNM238, registrado a nombre de Scotia Leasing Costa Rica Sociedad Anónima.
La atención del caso se retrasó al menos 30 minutos, debido a que los socorristas de Cruz Roja no encontraban el lugar, al cual llegó luego de que una unidad de Fuerza Pública los escoltara al sitio.
Posteriormente enfrentaron una crisis, pues por haber un arma no podían revisar al sujeto. Tras una hora de conversaciones con los policías, decidieron declarar fallecido al hombre, colocando una manta sobre el parabrisas del Audi y no sobre el cuerpo.
OTROS SUICIDIOS
Además de este conductor, dos personas más se suicidaron en la madrugada del jueves, uno en Goicoechea y otro en Cañada Sur.
De acuerdo con la psicóloga Jackie Secades, el suicidio es un fenómeno multicausal.
Es decir, no se puede afirmar que una situación de este tipo se dio por una ruptura sentimental, por bullying, por deudas u otra razón específica, pues es peligroso, dado que se responsabiliza a una persona por la decisión de otra y porque se tergiversa la comprensión que se tiene de este fenómeno, simplificándolo pese a ser muy complejo.
“Cuando alguien fallece por suicidio y, en un afán de comprender lo sucedido, se trata de recopilar información y de reconstruir lo que estaba sucediendo, nos damos cuenta por diferentes fuentes que había más de un problema pesando sobre esa persona”, explicó.
Agregó que junto a esas situaciones que se presentan, siempre hay un efecto desencadenante que es como la gota que derramó el vaso. Estas mismas presiones o problemas pueden desencadenar en algunas personas que se detonen trastornos como la depresión, las adicciones, entre otras que se suman a lo que enfrentan.
“Hacen que tengan una percepción distorsionada de la realidad, pero que, aunque es distorsionada en el sentido de que no ven lo mismo que uno ve, tan real es para ellos como lo es para uno, lo que uno ve. Sin embargo, no es importante si nosotros podemos ver lo mismo que ellos ven, sino que lo que les está sucediendo y como ellos lo están percibiendo es tan abrumador que sobrepasan su capacidad de respuesta y entonces al perder la esperanza optan por el suicidio como una salida o un escape de ese dolor”, expuso la especialista.
“Al perder la esperanza, el afectado no encuentra salida a lo que le causa dolor, pese a que otras personas sí ven soluciones, y, por ende, con la intención de acabar con su pesar se suicida, aunque esto no significa que quería morir”, finalizó.
PERIODISTA: Sharon Cascante Lizano
CRÉDITOS: Fotos: David Barrantes
EMAIL: [email protected]
Viernes 23 Agosto, 2019
HORA: 12:00 AM
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