Aldesa: inversionistas ambiciosos o engañados
Alfredo Villalobos Salazar*
En la operación del conglomerado Aldesa, donde cohabitan empresas sujetas a las regulaciones vigentes en el mercado de valores y empresas no reguladas, llama la atención que tanto sus propios directores como las entidades responsables de la regulación de este mercado, tanto el Superintendente General de Valores, como la Sugeval y el Conassif, hayan actuado con escaso apego a las normas éticas y a la legislación aplicable.
Aunque probablemente todos los inversionistas de las empresas en problemas suscribieron documentos para respaldar los fondos invertidos, con la promesa de recibir un mejor rendimiento que el obtenido por medio de las empresas reguladas del conglomerado, sean el puesto de bolsa o las sociedades administradoras de fondos de inversión, también es cierto que muchos de esos inversionistas no tenían la capacidad para establecer una real diferencia entre las condiciones de riesgo y rendimiento existentes entre uno y otro esquema, máxime cuando estaban realizando sus contratos e inversiones bajo la misma sombrilla de Aldesa.
No es aceptable que se pretenda presentar como un inversionista sofisticado a una persona pensionada, cuyas inversiones le ayudan a sobrellevar su vejez, o a una asociación solidarista que administra ahorros y cesantía de sus afiliados.
En el caso de los directores y ejecutivos del conglomerado, tuvieron actuaciones que se apartan de las disposiciones contenidas en la Ley Reguladora del Mercado de Valores, en cuanto a uso de información confidencial de clientes en beneficio propio, comunicación de riesgos asociados con la inversión en vehículos no regulados y situaciones de conflicto de intereses, entre otros elementos. Esto por cuanto, conforme lo han manifestado varios inversionistas afectados, se les sugirió o presentó la opción de trasladar sus inversiones del mercado regulado a las empresas no reguladas, donde devengarían mejores rendimientos.
Mientras todas estas transacciones se estaban realizando bajo la sombrilla de Aldesa, entidad pionera de la bolsa y del mercado de valores costarricense, pareciera que las entidades reguladoras del mercado estaban viendo para otro lado, ya que nunca se preocuparon por defender al inversionista mal informado y evitar el claro conflicto de intereses existente entre las empresas del conglomerado Aldesa.
*Empresario autobusero
