Las finales se viven con la misma intensidad en cualquier categoría y los ambientes siempre son más coloridos. Las aficiones se vuelcan a favor de sus equipos, aunque durante la temporada estuvieran ausentes.
Así se dio en el estadio Ernesto Rohrmoser, de Pavas, este domingo, con motivo del segundo enfrentamiento de la final de la Primera División de Fútbol Aficionado (Linafa) entre los equipos de Barrio México y San Luis F.C. de Puntarenas.
El equipo de la franja cerró en su campo la gran final con la ventaja en el marcador, merced a su victoria la semana pasada de 1 por 2 en el Lito Pérez.
Para los porteños, en cambio, la caída en su territorio los condicionó a salir a buscar el partido, aunque tuviera que dejar espacios atrás.
IGUALDAD
El cuadro local, dirigido por Jorge Barbosa, llevó las cosas con calma y basó su propuesta de juego en administrar la redonda, hacerla circular como primer criterio de defensa. La ofensiva se la dejó a su goleador, Johay Way, quien se debatió en un duelo de poder a poder con los zagueros mexicanistas.
El Barrio tuvo opciones para sentenciar la serie y no comprometer el título, pero en la mayoría de los casos sus jugadores pecaron de una mala definición, incluido Way, quien sabe cómo hacerlo. En esta oportunidad no fue así, y eso por poco les cuesta el partido a los canelas. En la acera de enfrente el timonel Alfredo Contreras diseñó el dibujo táctico con línea de 5 en el fondo, tres medios y dos puntas. Cualquiera pensaría que metió a su equipo atrás en lugar de soltar amarras con la necesidad de ir a buscar el gol. Pero atinó en mantener a raya al rival y sumar mucha gente al ataque porque cada vez que cruzaba la media cancha los laterales se convertían en extremos.
De hecho, daba la impresión de que San Luis tenía más claro lo que quería y tácticamente se aplicó muy bien. Las mejores oportunidades de gol estuvieron del lado canela, pero el control y mejor propuesta de juego fue para San Luis.
Para el cierre del partido la tensión subió, para los mexicanistas daba la impresión que el reloj estaba detenido y para los porteños los minutos pasaban volando.
La esperanza para los chuchequeros llegó al minuto 92, cuando el árbitro central decretó pena máxima. Para entonces San Luis ya jugaba con un hombre menos por la expulsión de Róger Díaz. La pelota la tomó el capitán José Vivas. La colocó en el punto de penal, miró de reojo al marco, pero el camisa número 10 no dio en el blanco, ya que el portero Esteban Ramírez le adivinó el disparo y evitó la caída de su potería.
A los naranjas se les desplomó la ilusión en esa acción y al final Carrillo se vistió de héroe para darle el cetro al Barrio, que regresa a la Liga de Ascenso.
