El cambio climático
José Calvo - Según creo / Página Abierta
Los cambios climáticos que nuestro planeta ha sufrido en el pasado los puede sufrir otra vez. La tierra ha sufrido transformaciones violentas, ya sea porque le pega un aerolito, o porque hay un reacomodo de las órbitas de los planetas. Por decir eso en tres libros, a Velikosvsky se le llamó charlatán. Él descubrió una discrepancia de 500 años en el almanaque egipcio, y que Venus no aparece en este y lo atribuye a que el evento fue tan traumático que los egipcios trataron de borrarlo del calendario.
Según Velikosvky, lo que pasó fue que Júpiter expulsó un pedazo. Y que este pedazo es Venus, que anduvo vagando en el espacio hasta encontrar su propia órbita, produciendo en el proceso “colisiones”. De hecho, el libro se llama “Worlds in Collision”. Pero tiene también otros libros sobre el tema.
* * *
El cambio climático puede ser muy grande, como el que eliminó los reptiles que habitaban toda la zona triguera y maicera de EE.UU., que era un caliente pantano, poblado entonces de lagartos y cocodrilos; que se revolcarán otra vez, que ahora viven allí donde antes los humanos sembraban el trigo y el maíz. Y ¿qué será de estos humanos? Esos nos disputarán a nosotros las montañas más frías, con su armamento moderno, mientras que el de nosotros es “hand me down”.
O el cambio podría ser hacia el frío -ahorita no lo sabemos-, y en entonces tendríamos los trigales y los maizales convertidos en hieleras, y los gringos nos disputarían las bajuras vivibles, con mucho mejor armamento que nosotros.
Sea como sea, el clima de la Tierra está cambiando: eso lo noto hasta yo. El cambio se hará más notorio con el paso del tiempo. Lo más probable es que tienen que morir algunos de los miles de millones que ahora estamos poblando la tierra, porque la Tierra no nos puede sostener.
* * *
En el mundo físico la suerte es muy precaria: un pequeño desbarajuste en la órbita de un planeta, que puede ser causado por la expulsión de materia, o por el choque de un aerolito, provoca un reajuste de las órbitas de todos los otros planetas necesariamente (el mundo paralelo del espíritu no es precario; allí nada cambiaría nunca).
Hay que pedirle a Dios que el cambio climático que se avecina no sea muy grave, y que tengamos la entereza de no contribuir a agravarlo.
