No es un juego, no causa risa, esto es serio
Sofía Guadamuz
El bullying es algo serio, un tema que no debe tomarse de burla, simplemente causa dolor, depresión y a veces hasta suele bajarte la autoestima. Que tus profesores te digan “no les hagas caso” o “déjelos, no les preste atención”, hace notar el poco interés que le pueden poner a una persona.
Los seres humanos tendemos a ser muy íntimos, nos guardamos lo que sentimos por miedo a que al demostrarlo nos puedan lastimar. Temas como estos pueden ser a veces complicados para hablar, ya que para muchos es un tema muy frágil, y a veces hasta incómodo, ya que contar su propia historia suele ser atemorizante, con solo pensar qué pueden decir los demás.
Usualmente creemos que los niños en las escuelas, cuando se ríen o se ponen apodos, es algo muy normal, una “faceta”, ya que todos pasamos por eso y alguna vez lo hicimos, frente a los ojos de la sociedad, lo hacemos parecer muy normal. Nuestras familias tienen mucha influencia sobre nosotros y nuestras decisiones y parte de ellas nos sirven como ejemplo para nuestras vidas. Hay muchos niños o niñas que en su núcleo familiar ven agresión, un vocabulario mal empleado hacia sus mayores o ejemplos que del todo no son sanos para la edad en la que tengas y, gracias a esos ejemplos, al crecer lo ven tan normal que llegan a ser iguales o peor que sus padres o amigos…
Estamos en una época en la que a todo lo malo le dicen bueno y a todo lo bueno lo llaman malo, por lo tanto, van a haber actitudes que tanto padres de familia como amigos, docentes, lo van a ver normal y van a inculcar que acciones como el reírse de alguien, hacerlo llorar, son cosas que suelen pasar, “debemos de aprender a vivir con ellas”, pero creo que no, eso no debería de ocurrir, deberíamos de enseñar que hay acciones y decisiones que tienen consecuencias y, a como pueden ser buenas, también pueden ser malas, es decir, toda decisión tiene una consecuencia, depende de lo que escojamos hacer en el momento.
El bullying en la secundaria es algo muy difícil de afrontar, ya que están en esa etapa de la aceptación y muchos se encuentran definiendo su identidad. En Estados Unidos, el bullying es mucho más fuerte y serio que en otros países, por ejemplo, las personas que estudian en secundarias de EE.UU., cuando se ríen de otras personas, las hacen a un lado, las hacen llorar, hasta muchas veces agarran un arma y matan a una cantidad grande de estudiantes, solo porque “les caían mal”. Hemos visto en las noticias las muchas tragedias que han sucedido y cómo sus familias sufren al ver a sus hijos o hijas muertos por un suceso tan grave, como estos actos que toman los jóvenes, a veces solo por simples arranques de ira.
Cometemos el error de ver a las personas y creer que al tener una sonrisa en su rostro no están pasando por momentos de dificultad o están felices cuando a veces simplemente una persona común, detrás de una sonrisa, puede ocultar toda una historia de tragedia. Por esta misma razón, juzgamos mal a las personas, nos ponemos a creernos Dios señalando con un dedo, dándoles órdenes a las otras personas respecto qué deben y qué no deben hacer. Esta sociedad de hoy en día se ha creído que tiene el derecho de decirle a una persona cómo debe de vestir, comer, cómo tienen que estar físicamente, cómo deben de hablar…
Ya no podemos ser simplemente nosotros mismos por miedo a las críticas o porque a veces, como seres humanos, preferimos sacrificar nuestra felicidad con tal de ser aceptados en esta sociedad. El bullying es algo que ha perdurado muchos años hasta la actualidad, los famosos “apodos”, “risas”, “críticas constructivas”, y cómo no hablar del famoso grupo de los “populares” (tanto para escuela como para secundaria); estamos de acuerdo en que este grupo era al cual todas las personas querían pertenecer, ya fuese porque las niñas que estaban ahí eran todas súper delicadas y lindas, o porque los muchachos eran lindos o por el montón de “likes”, incluso por la cantidad de personas que le hablaban en la escuela o colegio, ya todos querían pertenecer a este grupo, aun cuando tuviesen que hacer cosas o romper reglas para permanecer dentro de ese círculo de los “famosos”.
En conclusión, siempre teníamos que perder nuestra esencia, eso que nos caracteriza como seres humanos, eso de ser diferente es lo más lindo que tiene el mundo en general. El tener personas con distintas características, rasgos, gustos… Eso es lo que nos marca, eso es lo que siempre deberíamos de procurar, nunca perder. Está bien no ser aceptado está bien no tener muchos seguidores, lo que realmente importa es cuán felices somos como seres humanos o qué tan dispuestos estamos a perder nuestra esencia para ser aceptados con personas que llamamos “amigos” y sabemos muchas veces que, cuando estamos mal o pasamos por un mal momento, son las que menos estarán ahí para nosotros.
No podemos detener el bullying, pero sí podemos prevenirlo. Muchas veces vemos a una persona sentada en una banca de los pasillos del colegio o la escuela y podríamos llegar a sentarnos y saludarlo, que esa persona sienta el interés y que sí hay personas que son distintas, o podemos respetar y aceptar más, así las personas compartirían sus experiencias y se expresarían más, se sentirían a salvo de las críticas u oposiciones que puedan tener los demás acerca de alguna decisión o una simple pregunta que tengan en clase. Muchos factores afectan en el momento a una persona, debido a esto se comienza a sentir menos que los demás, empieza a dudar de su existencia y el sentido de venir al mundo. En este momento hay muchos temas muy delicados para hablar o narrar por el simple hecho que son muy difíciles, son muy duros y no podemos tampoco obligar a las personas a que se eduquen y respeten las diferencias que hay como personas, esos valores esenciales que nos los enseñan en nuestros hogares. Esto es serio, no es un juego, no causa risa, he visto cómo muchas personas a través del bullying han salido más fuertes, ayudando a otros y contando sus historias, a como he visto a muchos quitarse la vida y agarrar malos pasos por motivo de estos rudos sucesos que han estado toda una vida, pero a mi parecer, en estas generaciones y en este siglo, se ha aumentado e intensificado con el pasar del tiempo. Mi pregunta: ¿cuándo comenzaremos a tomar las medidas en serio para poder controlar ese hecho tan poco agradable que sucede a menudo por mucho tiempo?
