San José huele a heces y orines
En el comentario “¿Se ve la indigencia?”, apunto sobre la problemática de la indigencia no solo en San José; sino en casi todas las ciudades de Costa Rica. Entiendo que este es un problema mundial, pero por lo pronto debemos enfocarnos localmente y no creer que, como sucede en varias partes, es normal. “Mal de muchos; consuelo de tontos…”.
Yo hablo de San José, pero vemos que el asunto empieza a extenderse por todo el territorio nacional como un cáncer imparable. Como he comentado en repetidas ocasiones, nos estamos acostumbrando a ver lo feo como bonito; lo repudiable como encomiable, o simplemente ciudadanos y autoridades gubernamentales “nos hacemos de la vista gorda” y problemas como este o más graves están ahí sin buscársele solución alguna.
Por cualquier parte que usted camine por el área capitalina, se encontrará con que la ciudad ha sido tomada por los indigentes (y por supuesto por los maleantes), la antihigiene, la desvergüenza y la pérdida de todo lo que tenga que ver con los buenos modales y buenos hábitos que nos inculcaron nuestros padres “se fue al carajo”.
Es feo decirlo: ¡San José da asco! y es una vergüenza que nos visiten los turistas. Uno de ellos se dejó decir por ahí: “Costa Rica es linda, pero huele a mier…”. Camine usted por el costado norte del BCR, cerca del quiosco de las flores (paradójicamente), frente al correo, al Parque Central, el Parque de las Garantías Sociales, La Merced, etc., y constatará que esos sitios que antes se usaban como lugares para descansar un poco, planear algún trabajo o simplemente conversar ahora no se pueden usar porque están llenos de heces y orines por todo lado. Los indigentes convirtieron las ciudades en un gran servicio sanitario improvisado.
Además de lo anterior, las palomas (a quienes su hábitat natural lo destruyó el hombre) también hacen lo mismo [(n este caso es justificable porque son seres sin raciocinio que no tienen ya en donde vivir de manera natural, pero hombre; ¡qué mal!), siendo así que resulta imposible estacionarse en el centro.
Bueno, y a todo esto: ¿las autoridades respectivas qué están haciendo? “Ausencia por su brillan”, como diría El Chavo. No están haciendo nada. Lo que he observado es que los oficiales se paran junto al durmiente de aceras, “lo tocan” con la vara policial -creo- o le hablan duro para que se ponga a caminar. Al día siguiente, el pobre sujeto vuelve al mismo lugar a acostarse allí u otro sitio de la ciudad a hacer sus necesidades fisiológicas, puesto que seguirá sin contar con un lugar apropiado para poder satisfacer sus urgencias.
¿Qué se podrá hacer? A mí me acostumbraron a que, si hablo de un problema, debo obligadamente proponer una solución. Y claro, este no es un problema sencillo, implica un estudio profuso, multidisciplinario, sistémico, serio, y que por supuesto implica una gran inversión que a la larga no está contemplada en los programas de gobierno. Sin embargo, creo que principalmente lo que ha hecho falta es voluntad política. Se me ocurre que, por medio de la Municipalidad de San José, u otras instancias, a toda esta gente que vive en las calles quizás se le podría abrir un espacio en una finca, que sea una especie de albergue, en el cual, además de su respectivo tratamiento de inserción a la sociedad, dichas personas puedan a su vez generar recursos mediante actividades agrícolas, artesanales, etc. y eso mismo ayudaría a cubrir parcialmente ciertos costos del programa.
Pero esto no puede ser tan “a la libre”, sería casi un plan obligado y que no vengan los señores “defensores” de las libertades humanas a oponerse, pues siempre pasa que gracias a esas “libertades”, muchos hacen lo que les da la gana, bien sea por ignorancia, incapacidad, o por arrogancia. Otros que “no pican leña ni prestan el hacha” se ponen a contradecir todo, son aquellos “que están a favor de los que están en contra; y en contra de los que están a favor”, prefieren que el mundo se caiga y que la gente (que no está haciendo nada positivo con su vida) siga haciendo de las suyas…
Marvin Obregón A.
Bachiller en Psicología
