Costa Rica: el noveno país más desigual del planeta
La columna de Jaime Ordóñez
• ¿El plan fiscal mejorará o agravará esa situación?
Dos estudios del Banco Mundial y la OCDE de julio pasado nos indicaron que Costa Rica es hoy el noveno país más desigual del planeta. Los países con mayor desigualdad social son Sudáfrica, Haití y Honduras. Después están Colombia, Brasil, Panamá, Chile, Ruanda, Costa Rica y México. (Vergonzoso para el autoproclamado "país más feliz del mundo").
Costa Rica pasó en el año 1990 de una distribución ejemplar del 0,31% del coeficiente Gini (éramos junto con Uruguay uno de los países más equitativos del hemisferio) a una lamentable y desigual distribución de 0,53, según la OCDE y el Informe Estado de la Nación 2018.
La gran pregunta es, ¿el Plan Fiscal mejorará o empeorará esta situación? Mi hipótesis es que este proyecto No. 20850 que quizá apruebe la Asamblea Legislativa servirá sólo para salir de atolladero apenas temporalmente (darle alguna credibilidad crediticia al país para que el Ministerio de Hacienda pueda pedir plata prestada afuera, quizá unos 1.500 millones de dólares), y generará algunos nuevos ingresos (un 1,5% del PIB, similar a la proyección de aumento de gasto).
Similar pobreza, más desigualdad. Pero, en el mediano largo plazo, este plan fiscal quizá agudizará aún más la desigualdad. Veamos la información que el propio Banco Mundial y la OCDE nos proveen. De acuerdo a la estadística comparada la tasa de pobreza en Costa Rica se mantuvo en un promedio del 20,5% en los últimos veinte años, con pocas variaciones.
En alguna medida, los programas sociales del país sirvieron como colchón. Sin embargo, el esquema de desigualdad se aceleró a partir del año 2007 y 2008 aceleradamente, en virtud de nuevas áreas de desarrollo económico (zonas francas, sectores exonerados, etc.) que ingresaron como consecuencia de los tratados de apertura comercial.
El propio Estado de la Nación en sus Informes 22 y 23 lo indica. En un escenario de crecimiento económico del 3,5% o casi 4% en algunos años durante la última década (nada mal para la región), "sin embargo Costa Rica encara la desigualdad más alta de los últimos 28 años. Así, los ingresos netos promedio del 20% de los hogares más ricos, fueron 13 veces mayores que los del 20% de hogares más pobres" (Informe Estado de la Nación, No. 22).
No les cobra impuestos a los ganadores. Y allí está el problema de este plan fiscal. No les cobra impuesto a los ganadores del proceso económico de apertura de los últimos años. No le cobrará Impuesto de la Renta al Régimen de Zonas Francas, al Régimen Cooperativo y a una larga lista de sectores exentos que están protegidos por cerca de 197 leyes de exención. Adicionalmente, en forma vergonzosa amplía la lista de exoneraciones, incluyendo ahora nuevas entidades y -curiosa y paradójicamente- promueve una amnistía tributaria que beneficiará a grandes contribuyentes en un momento de urgencia fiscal.
No sólo eso: en el Capítulo 1, Sección de exenciones, exonera también del IVA a las zonas francas en la mayoría de hipótesis. No sólo no pagarán renta, sino que además lesionarán la recaudación indirecta hacendaria, exonerándolas del simple IVA, que sí deberán pagar todos los ciudadanos del país, pymes y cualquier otro mortal. Y generando competencia desleal con las empresas ticas que sí pagan renta e IVA.
Este proyecto fiscal ha sido inspirado en la urgencia, por la sensación de colapso, y además por la estupidez narrativa de la ANEP y otros sindicatos que se convirtieron en el trapo rojo para que la discusión no fuera madura técnica, ni profunda. La urgencia siempre es mala consejera. No nos deja ver lo importante. Será una reforma urgente, apremiante, pero injusta y regresiva en el que debería ser el más importante y progresivo de todos los impuestos: el de Renta.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Lunes 03 Diciembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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