Bien dice el dicho que mientras más se mantiene una marca esta se ve más propensa a caer. La Selección Mayor de Costa Rica derrotó anoche 2 a 3 de visita a la escuadra de Perú, en juego efectuado en el Estadio Monumental en Arequipa. Así acabó un dominio peruano de 62 años. A esta gesta le podríamos empezar a llamar “La hazaña de Arequipa”.
De amistoso no tuvo nada, fue una batalla a muerte, de ida y vuelta, un cotejo de nivel eliminatorio, pero al estilo de los de la Conmebol.
UN INTENSO RIVAL
Apenas el central sonó su pito, el cuadro local fue por su partido. Así es como vimos en dos primeros minutos igual cantidad de llegadas, con Ruidíaz y Corzo.
La Tricolor sabía que era vital conservar el balón en sus pies, entonces un batallón de hombres entró con la misión de apoderarse de la zona de volantes. Así observamos jugadas en espacio corto, triangulaciones, balón de pie a pie para no arriesgar y asegurar la de cuero.
Igual que ante Chile, por los costados Salinas y Matarrita tenían la carta de navegación autorizada y sellada.
Al minuto 13 Matarrita la enviaba a las estrellas, mientras que en respuesta rápida nuestra zaga se aplicaba a fondo, ante la necedad de los incas.
Nos salvamos de que Edison Flores en una primera instancia no pudiera definir dentro del área pero ya sobre los 20 minutos no perdonó. Desde la derecha Corzo centró para que Edison se colara entre Francisco Calvo y Kendall Waston para tocar el balón y mandarla a la base del poste de mano izquierda de la cabaña tica. El central pitó bola al centro y empezábamos cuesta arriba en los albores del cotejo.
A lo largo de la inicial el dominio estuvo pintado de rojo y blanco. Los muchachos de Gareca fueron más, en dominio del esférico, posesión del esférico y peligro en el área enemiga.
Sin embargo, los nuestros no desmayaron y al cierre de este primer acto de una obra a dos apareció el premio para un jugador que nunca dejó de darlo todo en su club Liga Deportiva Alajuelense y que desde que Ronital le dio chance en el juego anterior le brota por sus poros ese deseo de marcar diferencia. A Jonathan McDonald se le ha visto atacar, pivotear, volantear y hasta defender, pero hizo lo que debía, definir con una frialdad de asesino en serie. Su cómplice tiene nombre y apellidos, Joel Nathaniel Campbell Samuels, quien se llevó tres rivales, bailó entre ellos y le sirvió la número 5 al hijo del Pastor Jasper. Mac no se asustó con el chance que le daba el ‘italiano’ del Frosinone. Se acomodó la de gajos con la diestra y la siniestra la convirtió en un fusil que por bajo acribilló al meta Pedro Gallese.
Excelente regresar a las duchas con la paridad, para escuchar al profe González y seguir los lineamientos que desde ya aplica Matosas en el equipo de todos, aunque traten de convencernos de que no es así.
LA MISMA RECETA
El cuadro inca volvió a ser incómodo y cliente frecuente de la casa de Alvarado. En el lado tico siempre se apostó por buscar el resultado y con muchas variantes al ataque llegó el 1-2. En la zona derecha de metralla costarricense apareció Joel, quien metió el globo al área. Al otro lado recibió Matarrita y levantó el esférico para que de cabeza definiera Allan Cruz. Merecido para un joven que se mata en la zona medular y que apuesta a pisar el área como todo un experimentado.
Estábamos haciendo historia, nos paseábamos en los peruanos y a estadio lleno. Pero de cambio entró “La Foquita”, Jefferson Farfán, quien convirtió el 2 a 2 con la complicidad del meta Alvarado. Balón al poste y con la espalda llega el autogol tico.
JOEL SE VOLVIÓ LOCO
Casi de inmediato cuando Costa Rica la intentaba apareció una mano en el área peruana, penal y de nuevo arriba. Patadón del sobrino del legendario fotógrafo Charlie Allen, Joel se volvió loco y todo el país con él.
Ya en el cierre José Miguel Cubero pudo poner la cereza sobre el pastel… la envió al parqueo. Sonaba a gula. Perdón es que estábamos de fiesta al derribar más de seis décadas de estar bajo el zapato inca.
Esta Sele ilusiona, se le ve la disposición de hacer un juego hacia el frente y no jugar enconchados como en el proceso anterior. Se dan las variantes por edad, pero lo más rescatable es que comprobamos que tenemos con qué ganar dos veces en Sudamérica y en otros lares.
Falta mucho trabajo, es apenas el inicio de un proceso que ni siquiera asume de manera formal el señor Gustavo Matosas. Cerramos el 2018 con sonrisa de oreja a oreja, pero viene la Copa Oro y la eliminatoria, donde nadie regala nada.
Sin tirar las campanas al viento… vamos por buen camino, se siente el cambio.
PERIODISTA: Alejandro Fonseca
EMAIL: [email protected]
Miércoles 21 Noviembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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