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Opinión

Esta enfermedad no es jugando

Editorial

Cuando muchos se miran en un espejo, juran encontrarse muy sanos solo porque se ven guapos y esbeltos, sin embargo, hay una enfermedad que se manifiesta en el cuerpo sin fijarse si su dueño está “fit” o no.

Hablamos de la diabetes, que lastimosamente ataca a miles de ticos al año. De hecho, para brindar medicamentos a 308 mil pacientes se debe pagar la enorme cantidad de ¢4.600 millones.

Lo peor de dicho padecimiento es que no se fija en edad, género, tamaño o condición socioeconómica, impacta a todos por igual, tanto así que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) ha tenido que invertir en el último año nada más y nada menos que ¢45.987 millones por todas las atenciones relacionadas con el tratamiento de la enfermedad.

Llevar un tratamiento cuando se es diabético permite lidiar con la enfermedad, pero además prevenir consecuencias graves como perder partes del cuerpo o hasta la muerte, lo cual sucede en muchas ocasiones.

A veces los ticos tendemos a ser muy descuidados con nuestra salud, dejando pasar por alto ciertos dolores o alarmas que envía nuestro organismo para indicar que algo no anda bien.

En muchos casos, preferimos no ir a hacer filas al Seguro o tomar la plata que podríamos usar en chequeos médicos para irnos de paseo o comprar artículos que a veces ni necesitamos. Precisamente, por dichos motivos, cuando acudimos a un especialista, a veces ya es muy tarde.

Pero también resulta alarmante ver las estadísticas y constatar que al menos 30 mil personas viven con diabetes sin tratamiento. En muchas ocasiones, lo anterior ocurre por desconocimiento de que se tiene la enfermedad y en otros casos, como buenos ticos, nos comportamos como si supiéramos más que los médicos y no terminamos los tratamientos o incluso ni los tomamos. 

Los mismos doctores definen a las personas que no se toman las medicinas como bombas de tiempo, de modo que urge crear conciencia y no hacernos daño nosotros mismos.

Piense que tomarse los tratamientos prescritos para este, o para cualquier otro padecimiento, puede hacer la diferencia entre la vida y la muerte. Asimismo, no cuesta nada ejecutarse una revisión médica una vez al año; nuestro cuerpo hoy no reporta ninguna enfermedad y mañana quién sabe, pues existe gran variedad de riesgos que atacan de manera silenciosa.

Entendemos que el estrés, la carga excesiva de trabajo, el tiempo que camina tan rápido y todas las presiones que la sociedad ejerce generan estragos sobre la salud de muchos costarricenses, pero tampoco podemos negar que esta problemática se está presentando a nivel mundial, así que no se vale hacernos de la vista gorda y pensar que solo Costa Rica reporta incrementos en dichas situaciones; urge afrontar el asunto. 

Es hora de variar los hábitos de alimentación, salud y hasta la forma de relacionarnos con los demás, para provocar un cambio en nuestras vidas, así como mantenernos sanos y activos por muchos años, los cuales podremos compartir con la familia. 

Pero debe resaltarse que estos cambios no son de un día, una semana, un mes, ni tan siquiera un año, sino permanentes, motivo por el cual se requiere compromiso por parte de quienes decidan salirse del saco de estos males, así como el apoyo de los más allegados, pues en muchas ocasiones el resto de la familia y los amigos pasan tentando, hacen caer a estos pacientes en malos hábitos capaces de llevarlos hasta la tumba. 

De igual modo, resulta vital enseñarles a los más pequeños de la casa a cuidarse para que en un futuro no engrosen las listas de pacientes diabéticos en los hospitales; ellos deben tener claro que cuanto hagan desde ahora les afectará cuando lleguen a la edad adulta. 

Salgamos a correr en familia, hagamos actividades físicas juntos y enseñémosles a los menores que entre todos podemos cuidarnos, que hacer ejercicio comprende una forma de mantenernos sanos, no solo debe efectuarse porque está de moda, al igual que los hábitos de alimentación deben variarse y corregirse, no para que digan que comemos bien, sino porque esto puede incidir en que vivamos más años y de un mejor modo.

Es momento de que cada uno de los pobladores de este país ponga las barbas en remojo y se haga exámenes de manera periódica para descartar algún padecimiento; precisamente descuidos como estos salen más caros, pues cuando se llega al diagnóstico muchas veces hay poco por hacer a nivel de prevención.

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Viernes 16 Noviembre, 2018

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