No es racismo ni machismo, doña Epsy

Editorial

¿Racismo? ¿Machismo? ¿Misoginia? ¡Qué fácil es justificar así el desorden dentro de la Cancillería!

Si doña Epsy hiciera memoria seguramente se acordaría lo que tanto criticó día y noche al lado de don Ottón Solís. Ambos exigían en cualquier espacio de control político cuentas a los jerarcas sobre presuntos roces con la ética y la transparencia en la administración pública.

Doña Epsy durante toda su carrera política se mostró firme en atacar cualquier situación que a su parecer olía mal hasta que… ¡llegó al Poder Ejecutivo!… Sí, así de sencillo, hablemos claro.

El Consejo de Gobierno se pronunció sobre el arsenal de nombramientos políticos en embajadas y misiones del país al frente de organismos internacionales. También sobre presuntas irregularidades en designaciones internas en la Casa Amarilla.

Hay que recordar que, sobre los nombramientos de los embajadores, hasta el exministro aguacatero, Mauricio Herrera, que demostró no tener ni una pizca de prudencia cuando era jerarca de Comunicación, ahora es el representante de la diplomacia de Costa Rica ante Honduras.

Hablando de don Ottón, es muy curioso que su prima hermana Nury Solís Mata también sea una de las escogidas…. pero mejor dejemos la lista ahí, porque si no tendríamos que recordar los consejos de Gobierno del expresidente Luis Guillermo Solís.

Sobre los nombramientos a lo interno, Campbell insiste en que las designaciones en direcciones deben estar sujetas al Servicio Civil. Lo que se le olvida a doña Epsy es que la Cancillería tiene una ley específica, que está por encima de cualquier ley general. Al menos eso nos confirmó no solo el director del Servicio Civil, Alfredo Hasbum, sino don Enrique Rojas Franco, uno de los abogados de derecho administrativo más reconocidos del país.

Utilizando el Servicio Civil, doña Epsy puso gente sin tener el rango en la Dirección de Política Exterior, muy allegadas al PAC, por cierto. A eso se le suma la designación en Cooperación Internacional. Para rematar, también se ha colocado a personas en plazas, por ejemplo, de embajador sin tener los requisitos, como es el caso de la jefa de Protocolo.

Es cierto que la Constitución Política avala al presidente a nombrar a sus embajadores, siempre y cuando cumplan con la idoneidad. También es evidente que ninguno de los anteriores tiene experiencia diplomática, pero bueno…

Asimismo es notorio el silencio de la flamante fracción del PAC, que en la oposición no esperaba un segundo para apelar a la ética y a la transparencia. Hoy por hoy, hasta don Ottón dice que ha optado por el silencio.

Sobre los nombramientos internos, esperemos que la Procuraduría una vez por todas aclare los nublados del día.

Pero el tema ahora va más allá de eso. Campbell asegura que todas las denuncias de los medios, donde hay papeles, donde hay expertos, no solo es mentira, sino que es sinónimo de una sola cosa: racismo, machismo y misoginia… y ahí queríamos llegar.

Doña Epsy, ¿no tenía una excusa mejor? Es cierto que en las redes sociales se comentan muchas cosas e incluso hacemos un llamado a todos los costarricenses para que frenen ataques que no vienen el caso.

No es justo que ninguna persona sea objeto de burla ni críticas por su color de piel, su género, su preferencia sexual ni ninguna otra condición de esa índole. Eso como medio jamás lo compartiremos, pero una cosa es eso y otra tapar el sol con un dedo.

Doña Epsy, no convierta la Cancillería en una piñata para pagar favores, como se hizo en el pasado, acciones que usted y su partido tanto criticaron.

Acuérdese de ese cambio en el que usted se comprometió y si el discurso era cierto hágalo.

Nombren personas que de verdad tengan esa idoneidad, hagan los concursos necesarios para plazas vacantes, profesionalicen la carrera diplomática. Usted, señora ministra, aún está a tiempo de dejar una huella, un antes y un después en esa Casa Amarilla secuestrada.

Qué pena es ver ese edificio tan hermoso en las cercanías del Parque España convertido en una bolsa de empleo para amigos y allegados. Aún está a tiempo de demostrar con hechos lo que usted y su partido tanto criticaban.

Y si usted doña Epsy no puede contenerse en la contración de amigos y conocidos e insiste en seguir vulnerando los valores por los que tanto luchó y pregonó años atrás, entonces el Ejecutivo no puede venir a escudarse en que se trata de un caso de machismo o racismo, porque es una excusa que no se recibe.

La administración de un Estado debe verse con seriedad, no es misoginia ni nada que se le parezca pedirle cuentas a un jerarca. Doña Epsy, independientemente de su género y origen racial debe sí o sí dar explicaciones ante las investigaciones que carga en sus espaldas y no escudarse en que todo se trata de discriminación.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Jueves 01 Noviembre, 2018

HORA: 12:00 AM