Autoridades del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fiscalía intercambian experiencias con colegas de otros países sobre delitos de proxenetismo y trata de personas que pareciera están tomando auge en nuestro país.
Freddy Chacón, encargado de la sección de Delitos contra la integridad física, trata y tráfico de personas del OIJ, agregó que la mayoría de las víctimas son mujeres menores de edad.
“El año pasado terminamos una operación internacional denominada rescate de inocentes, donde determinamos que un grupo de fotógrafos profesionales costarricenses lucraban reclutando mujeres menores para explotarlas sexualmente.
Les tomaban fotografías desnudas, algunas fueron víctimas de violación y sus imágenes fueron filmadas y vendidas como películas pornográficas en el extranjero, donde las víctimas son de lugares urbano marginales que las interceptan en las salidas de clase y les ofrecen trabajo como modelos”, recalcó.
El investigador amplió que la denuncia ingresó por una de las víctimas que puso a las autoridades en conocimiento de lo que estaba sufriendo.
“Nos dijo que su imagen estaba siendo promocionada para turismo sexual en nuestro país, por medio de eso logramos contactar más víctimas y determinar que existía una red dedicada a buscar mujeres en centros educativos”.
Agregó que “los medios electrónicos se han convertido en una forma de captación de los tratantes, todas las redes sociales son usadas para contactar menores de edad mujeres, a quienes les ofrecen trabajos de modelaje. Cuando llegan a la agencia de modelaje o casas extrañas, no es un trabajo sino las buscan para explotarlas sexualmente en clubes nocturnos y salas de masajes, principalmente en San José”, explicó.
Entre fotógrafos, dueños de agencias de modelaje y otros, el OIJ logró detener a 7 costarricenses, 2 de ellos se mantienen en prisión, mientras que, en México, Brasil, USA y Alemania, se lograron detenciones importantes.
Tras las pesquisas las autoridades judiciales lograron establecer 21 víctimas entre 14 y 17 años, vecinas del sur de la capital.
TRABAJO COORDINADO
Eugenia Salazar, fiscal de trata y tráfico de personas, pide que se trabaje en conjunto para que tengamos claros el tipo de delito en el que se está.
“Me parece que el énfasis debe estar en la prevención, pareciera que algunos lo desconocen o conocen y simplemente volvemos la mirada porque no nos interesa o no vemos en una persona que está siendo explotada sexualmente.
Todas las instituciones; Fuerza Pública, MEP, PANI, deben trabajar en campañas y tener clarísimo de qué se habla cuando se dice trata de personas. Además, que sepan qué hacer cuando se detecta un caso de esos para interponer la denuncia y la fiscalía tenga una respuesta adecuada”, recalcó.
Walter Espinoza, director del OIJ aseguró que tienen oficinas en todo el país para captar información y construir casos.
“Las limitaciones que tenemos son de aspecto legal, la ganancia no le queda a la víctima sino a quien la somete, en Costa Rica hay explotación sexual, laboral de menores y hay actividades de tráfico de órganos”, manifestó.
“Vivimos en una zona de paso necesario para ir a Estados Unidos, que requieren dinero y son captadas por organizaciones que las someten a explotación sexual, es una especie de esclavitud”, recalcó.
Espinoza agregó que la mayoría de las víctimas son personas pobres sin educación, que tienen una deuda o una amenaza.
ÚLTIMO CASO
El último trabajo que realizó el OIJ fue en barrio Don Bosco donde logró la detención de una mujer de apellido Soto y de 67 años, quien era investigada desde junio, luego de que al parecer era la dueña de una pensión.
El inmueble era supuestamente utilizado para que varias costarricenses y nicaragüenses prestaran servicios sexuales que eran pagados a la adulta mayor, quien les daba un porcentaje por el encuentro sexual.
Las mujeres cobraban a los clientes ¢20 mil por media hora, más adicionales que entre las partes negociaban. Eso dependía del monto y el tiempo dentro de la habitación ubicada en la planta baja de la casa, mientras arriba residía la dueña.
Los agentes judiciales ubicaron dos nicas y dos ticas con edades entre 20 y 30 años, se decomisaron 5 teléfonos celulares y dinero en efectivo producto al parecer del pago por los “masajes” que recibían hombres que llegaban a pie a cualquier hora del día para no levantar sospechosas con los vecinos.
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CRÉDITOS: Fotos: Jesús Ramírez
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Martes 25 Septiembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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