Redacción. (Agencias) – Un grupo de porristas del equipo de fútbol americano profesional Washington Redskins denunció haber sido víctimas de explotación sexual durante un viaje a Costa Rica en el año 2013. Según una investigación de la periodista Juliet Macur del diario The New York Times, los hechos ocurrieron durante la producción del calendario del equipo en el hotel Occidental Grand Papagayo en Guanacaste.
Varias animadoras denunciaron que fueron obligadas a posar desnudas, a pesar de que se trataba de un calendario en vestido de baño. Además, les pidieron ejercer de damas de compañía de los patrocinadores de la franquicia de la NFL en un club nocturno.
La primera situación extraña fue que, a su llegada a suelo tico, a todas las porristas les fue retirado su pasaporte, el cual era su única identificación oficial. Luego les transmitieron un código de vestimenta estricto para sus actos públicos: tops de color blanco, pantalones de camuflaje y tacones.
Ya en el complejo turístico, el equipo se dirigió al set donde se realizarían las sesiones, pero el asunto no se quedó en solo posar: recibieron la orden de hacerlo topless cuando en el calendario no se mostraría ningún desnudo. Durante la sesión, se unió un grupo de hombres, patrocinadores del equipo y propietarios de palcos del estadio, los cuales tenían permiso de estar lo más cerca que ellos quisieran de las chicas durante las fotos.
“Querían usarnos para lucirse. Ya me habían alertado de que íbamos a tener que ir en el yate de un tipo que tenía un montón de dinero y que podías hacer mucho dinero fácil allí si estabas dispuesta. En una de las sesiones de fotos de mi amiga, estábamos formando una barrera a su alrededor porque estaba prácticamente desnuda, para evitar que los tipos la pudieran ver”, explicó una de las mujeres que habló con el diario bajo condición de anonimato.
Durante todos los días del viaje, sufrieron mala alimentación y el hostigamiento de los hombres mencionados. Más adelante, después de terminar un día de trabajo de 14 horas, la directora de las porristas, Stephani Jojokian, indicó a nueve de sus dirigidas que su día no había terminado, así que tenían que “volver a su cuarto y arreglarse para salir”.
“No es como que nos hubieran apuntado con una pistola, pero era obligatorio para nosotras. No nos preguntaron, se nos ordenó. Otras chicas estaban devastadas porque sabían exactamente lo que ella estaba haciendo”, comentó una de las cinco partícipes que declararon de manera anónima debido a los contratos de confidencialidad firmados con los Redskins.
Al llegar al establecimiento, en un transporte sin nadie de la institución con ellas, el lugar estaba vacío, pero los hombres que habían pedido su asistencia por supuesto que estaban. Entre ellos se encontraban Lon Rosenberg, vicepresidente de operaciones del equipo, y Dennis Green, presidente de la misma área. Al terminar la noche, todas regresaron en la misma camioneta, pero fueron detenidas por la policía local y pasaron otro trago amargo al no tener sus identificaciones con ellas. Después de que les permitieron seguir su camino, uno de los hombres que tenía relación con el equipo les dijo que los oficiales deben haber pensado que ellas eran solo prostitutas.
Ellas mismas saben que no es normal lo que sucedió ese día, pero consideran que esto dejará de pasar hasta que se aprenda con un error con mayores consecuencias: “Siento que no va a cambiar nada hasta que algo terrible pase, algo como una de nosotras sea agredida o hasta violada. En ese momento es cuando los equipos comenzarán a prestar atención, para entonces ya será muy tarde”, manifestó una de las porristas.
La respuesta de la NFL a este escándalo es igual de preocupante: “No tenemos nada que ver en cómo los clubes que las tienen usan a sus cheerleaders”.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Viernes 04 Mayo, 2018
HORA: 12:00 AM
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