Autoridades de Costa Rica y Colombia manejan dos posibles identidades de los costarricenses que, de acuerdo con una investigación de la Fiscalía General de Colombia, habrían sido asesinados durante un secuestro y enterrados en una fosa común hace más de un mes.
Se trataría, según publicó el medio digital AM Prensa, de Carlos Alberto Morales Obregón de 37 años y Omar Fernández González de 40. Este último, de acuerdo con fuentes fidedignas de DIARIO EXTRA, reporta varios partes policiales por tenencia y distribución de drogas en Costa Rica.
Una fuente de inteligencia en el Gobierno colombiano dijo a este medio que la principal hipótesis que se maneja, hasta ahora, es que los nacionales entraron a Bogotá únicamente para negociar la compra de cocaína con el fin de enviarla por mar hasta Costa Rica.
Pese a que los sujetos serían intermediarios, aparentemente se encargaban de mantener reuniones en ese país para concretar adquisiciones de la droga.
Sin embargo, según la fuente fidedigna, los ticos pretendían conocer sobre la calidad del producto y no comprarlo de una vez, de modo que los ejecutaron dentro de la finca, que además se alquiló para el encuentro por parte del grupo criminal que opera en Bogotá.
SÍ HUBO SECUESTRO
Los cuerpos de los dos costarricenses, cuya identidad aún no se confirma, se localizaron dentro de una finca en el sector conocido como Silvania en el departamento de Cundinamarca, a unos 70 kilómetros de la capital colombiana Bogotá.
Morales y Fernández habrían permanecido en la finca San José por varias horas, presuntamente hasta que los asesinaron por la fallida reunión. Sin embargo, los criminales hicieron llamadas a la familia de las víctimas para pedirles dinero a cambio de la supuesta liberación de los ofendidos, sin decirles que en realidad ya estaban sin vida.
En apariencia, las huellas dactilares que fueron enviadas desde Costa Rica hasta Colombia, habrían permitido a Medicina Legal de ese país identificar a estas dos personas cuyos cadáveres estaban en avanzado estado de descomposición.
De acuerdo con registros solicitados por este medio, ambos ticos salieron de Costa Rica rumbo a Suramérica el pasado 12 de febrero a eso de la medianoche.
Sin embargo, después de llegar a la nación cafetera perdieron todo contacto con sus familiares, por lo que estos, días después de ese viaje, se desplazaron hasta el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) para informar sobre la desaparición de los individuos.
Pero ese no fue el único viaje que realizaron los hombres, pues las bases de datos de Migración y Extranjería tienen datos de que Fernández y Morales salieron y entraron de Costa Rica en al menos tres ocasiones juntos de diciembre a la fecha.
Incluso, previo a su reciente y última visita a Colombia, ambos habían salido de nuestro país el 22 de enero de este año, se mantuvieron fuera del territorio nacional cinco días, regresando por el aeropuerto Juan Santamaría el 27 del mismo mes.
El director del OIJ, Wálter Espinoza, dijo a los medios que no habrá posiciones sobre el caso por respeto a las diligencias que se realizan en Colombia.
“Hemos tenido contacto permanente, pero estamos impedidos de dar datos porque las actividades de investigación las realizan en Colombia, nosotros confirmamos que recibimos la alerta de la supuesta privación de libertad por parte de familiares de las personas y que hubo una solicitud de dinero a cambio de su liberación”, externó Espinoza.
Fernández es vecino de Cartago, mientras que Morales vive en la zona de Higuito en Desamparados, los dos están casados y vhabitan junto a sus familias respectivas.
Allegados de las presuntas víctimas indicaron que no iban a dar declaraciones por el momento, debido a que todo está bajo investigación, y porque hay afectación dentro del núcleo familiar por la repentina desaparición.
