Soy una mujer divorciada de 32 años. Tengo tres meses de vivir con mi actual pareja. Sexualmente apenas nos estamos acoplando, aunque a veces la paso muy bien. El problema es que, desde hace unas cuantas semanas, cuando tenemos relaciones sexuales, él me pide que le succione los pezones. Eso le da mucho placer y a mí no me molesta, pero, ahora que se habla de tanta cosa rara, me da miedo que sea una perversión o algo así.
La sexualidad en nuestra cultura se ha genitalizado, es decir, hemos entendido que el deleite sexual es algo propio y exclusivo de los órganos sexuales, con el agravante implícito de que hemos excluido el resto de la anatomía corporal. Por eso, genera extrañeza y cierta contrariedad cuando el placer se obtiene de zonas socialmente no relacionadas con el sexo.
Como todos sabemos, en la mujer los pezones son estructuras altamente sensibles, lo que a veces se desconoce es que esa sensibilidad también está presente en el hombre y, para sorpresa de muchos, tanto en él como ella, esta estimulación puede producir auténticas ráfagas orgásmicas.
Muchos desconocen la sensibilidad de esta zona, y se sorprenden cuando, con algún estímulo, se genera el placer. A veces es a él a quien le cuesta aceptarlo, y hasta rehúye el contacto sexual con estas partes. A veces es ella quien se cuestiona si es normal que un hombre sienta ese placer, bajo el falso entendido de que ese es un placer solo de mujeres.
Por eso, es importante resaltar que esta complacencia sexual no es un indicativo de una “tendencia homosexual” ni de una perversión o depravación ni mucho menos de un problema mental o psicológico. Tampoco es “una cosa rara”, simplemente es una forma normal y sana de experimentar placer.
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CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández / Sexólogo
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Miércoles 21 Marzo, 2018
HORA: 12:00 AM
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