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Opinión

De fútbol y de política

Tinta con sentido / Gloria Bejarano Almada

Escuché el programa de radio de don Claudio Alpízar, en el que hacía una comparación entre la política y el fútbol. En principio me pareció que era una comparación un tanto disímil y atrevida, pero conforme fue avanzando el programa me di cuenta que la comparación era útil para entender cómo es la política. Ambas tienen mucho en común, pero al fútbol le dedicamos más horas de análisis y atención que lo que invertimos en al menos tratar de comprender la complejidad del Estado, sus instituciones y sus actores.

La contratación de un nuevo entrenador para la Selección es un verdadero acontecimiento. Se analizan sus antecedentes, sus triunfos, la capacidad que ha demostrado en la selección de sus jugadores, el rendimiento que ha dado y la forma como ha sabido conjuntar a sus futbolistas para convertirlos en un verdadero equipo.

En la contratación de un nuevo gobernante debería haber un análisis tan riguroso como el que le hacemos al candidato a entrenador, sobre su gestión, sobre su experiencia y conocimiento, así como de su capacidad para saberse rodear de un equipo del más alto nivel, pero lejos de realizar una investigación muchos se conforman con lo que se dice en las redes, sea para alabar o descalificar.

Un entrenador que no conozca las reglas básicas de cómo funcionan la FIFA, la Federación y los equipos y no muestre resultados contundentes, ni siquiera lo consideraríamos; curiosamente pareciera que hay una tendencia a menospreciar la experiencia y el conocimiento de quienes conocen el funcionamiento del Estado y sus instituciones. 

El entrenador no está en la cancha, él es quien analiza al contrincante, planea la estrategia, escoge a sus jugadores, los prepara y gira las instrucciones, tiene un capitán del equipo que va girando instrucciones para que los jugadores hagan correcciones sobre la marcha para lograr un mejor rendimiento. Los jugadores, por su parte, conforman un bloque, entienden cuál es su posición y trabajan en conjunto para lograr una anotación.

Así funciona el Ejecutivo, el presidente no es omnipresente, pero sí debe tener la capacidad y el liderazgo de guiar a un equipo, escogido por él, para que cada ministro haga su trabajo, un trabajo que ha sido previamente estudiado, preparado y armonizado entre todos para caminar en la misma dirección. Si algo debemos entender es que lo que se decide en Hacienda afecta a todos los ministerios, lo que se decide en Agricultura incide en el Ministerio de Comercio y así sucesivamente.

El ministro de la Presidencia, por su parte, cuenta con la total confianza del presidente; es quien hace el “trabajo en la cancha”, es el enlace entre el Ejecutivo y los otros poderes, los sindicatos, las organizaciones gremiales, la sociedad civil, su perfil es el de un hábil político, de gran capacidad negociadora y conocimiento del funcionamiento del Estado.

En el fútbol como en la política, el entrenamiento y la experiencia es fundamental, no se puede ir a la cancha sin calcular imprevistos, con un equipo sin rendimiento físico, con jugadores impulsivos que ceden ante las provocaciones o se rinden ante un resultado adverso.

La Administración Pública depende de muchas variables, para enfrentarlas hay que tener personas experimentadas, que formulen propuestas viables a los problemas, que se comprometan a hacer realidad las obras que ofrecieron, teniendo claro cómo solventar las trabas administrativas que con certeza surgirán en el camino. El gobernante debe contar con gente que no se rinda, que le de respaldo en todo momento y que tenga muy claro cuáles son las prioridades en las cuales se deben enfocar.

En la política como en el fútbol, la disciplina es la base sobre la cual se puede triunfar, los éxitos obtenidos en el Mundial del 90 se sustentaron en la disciplina que impuso Bora a sus jugadores. La disciplina fiscal que en esos mismos años se implantó a costa de la popularidad del gobierno rindió sus frutos llevándonos al equilibrio fiscal, la mayor reducción de los índices de pobreza y el crecimiento económico más alto de América Latina. ¡Metas claras y disciplina para alcanzarlas son la fórmula!

Un buen equipo sin un buen director técnico no logra los mejores resultados, un director técnico sin jugadores de primer nivel no llega a ningún lado. Un presidente sin un buen equipo no puede alcanzar sus metas, un buen gabinete sin un líder que sepa guiarlos difícilmente llega a buen puerto.

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Sábado 17 Marzo, 2018

HORA: 12:00 AM

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