Las averiguaciones en torno al crimen de Isamara Villalta Solano, su novio Andrés Pérez Vega y su cuñado menor de edad empiezan a arrojar información sensible sobre las causas del hecho de sangre, cuyo escenario fue Guadalupe de Esparza, Puntarenas.
Los agentes de Homicidios del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Alajuela volvieron a la zona del macabro hallazgo. Con trajes especiales recolectaron vegetación para compararla con la que tenían los cuerpos y así determinar la casa donde los ejecutaron.
La mujer de 24 años, quien era modelo, presentaba un balazo de arma calibre 9 mm en la parte trasera de la cabeza, pecho y hombro derecho; mientras que su pareja recibió el plomo en la frente y tenía lesiones en la cabeza con un objeto contuso, además lo torturaron.
El adolescente, identificado por las autoridades como Kendall González Solano, estuvo desaparecido desde el 11 de agosto, cuando viajaba con la pareja en un BMW X6, propiedad de un allegado de Pérez.
Los asesinos viajaban en dos vehículos, emboscaron a los tres jóvenes. Con armas de fuego en mano pasaron de carro a la mujer y su hermano; los colocaron a uno adelante y otro atrás.
Fuentes confidenciales mencionaron a DIARIO EXTRA que a las víctimas las privaron de libertad, las llevaron a Alajuela donde permanecieron 6 horas, luego las ejecutaron con al menos dos armas de fuego calibre 9 mm y las montaron en un carro 4x4.
Posteriormente cinco sujetos los trasladaron hasta el río Jesús María en Esparza, donde en horas de la mañana metieron el todoterreno hacia atrás y lanzaron los cuerpos a las aguas, que los arrastraron corriente abajo.
Tal como lo informó El Periódico de Más Venta en Costa Rica, el cuerpo de Villalta tenía un jeans y tenis, estaba a 50 metros de donde un grupo de pescadores ubicó a Pérez, a un lado, entre piedras.
Mientras que el menor permaneció sumergido en una poza y luego salió a flote, lo ubicaron a 25 metros de su hermana y el novio.
LÍO NARCO
La policía no descarta que el triple homicidio obedezca a un tumbonazo de ¢400 millones que le hicieron a Pérez Vega, quien era el dueño de un búnker en Las Gradas de Pueblo Nuevo, Alajuela, donde generaba por semana entre ¢15 mills. y ¢25 millones entre piedra de crack, cocaína y marihuana.
Trascendió que el fallecido adquirió el BMW en la agencia donde pagó en efectivo ¢70 millones, además tenía en su poder un Land Rover, que no ha sido ubicado, un cuadraciclo valorado en ¢15 millones y varias casas en Curridabat y León XIII.
También estaba construyendo unos apartamentos en ¢300 millones cerca de la vivienda donde residía desde hace 5 años en Alajuela.
Las autoridades presumen que Pérez Vega abastecía otros vendedores que operan en el sector de El Infiernillo, donde no se descarta algún allanamiento en los próximos días.
Las autoridades presumen que por lo menos uno de los sicarios conoce la zona donde dejaron los cadáveres, ya que es muy remota, oscura, sin vecinos y de difícil acceso. Sólo con carro 4x4 se puede ingresar, de lo contrario es inútil el intento.
Tras la inspección del sitio, los judiciales no ubicaron elementos balísticos, por lo que refuerzan la tesis que fueron asesinados en Alajuela, donde el OIJ mantiene vigilancia en tres poblados.
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CRÉDITOS: Fotos: Jesús Ramírez
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Sábado 24 Febrero, 2018
HORA: 12:00 AM
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