Debido a la peligrosidad y letalidad de esta enfermedad, quiero comentarles sobre ella. La era del sida empezó oficialmente el 5 de junio de 1981, cuando los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) —Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos— convocaron una conferencia de prensa donde describieron cinco casos de neumonía por Pneumocystis carinii en Los Ángeles. Al mes siguiente se constataron varios casos de sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer de piel. Luego de años de investigaciones se descubre en realidad el origen y forma de contagio de la enfermedad. Se debe diferenciar ambos conceptos debido a que se confunden comúnmente o se piensa que son sinónimos y en realidad no lo son. El VIH es el virus de inmunodeficiencia humana y es el causante del SIDA (Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida). El VIH es un virus que destruye al sistema inmunitario mientras que el SIDA es la etapa final de la infección. No es lo mismo estar infectado por el VIH que tener SIDA. Estar infectado con VIH es haber estado expuesto al virus, pero no significa que se desarrolla la enfermedad. El SIDA es una condición causada por el virus del VIH, que ataca al sistema inmunológico por lo que deja de funcionar de forma eficaz, volviendo al organismo susceptible de padecer cánceres e infecciones raras.
El VIH es el virus que se transmite de persona a persona. Con el tiempo, el VIH destruye un tipo de células muy importante en nuestro sistema inmune, estas células se conocen como linfocitos T ó CD4 y son las encargadas de protegernos ante las infecciones. Cuando no existen suficientes células de este tipo nuestro organismo no se puede defender ante ninguna infección como lo haría normalmente, concepto conocido como inmunosupresión. Al estar inmunosupresos una infección tan simple como una gripe podría rápidamente transformarse en una neumonía y de la misma manera llevarnos a la muerte, sucede lo mismo con cualquier tipo de infección. Sin tratamiento, toma generalmente alrededor de 10 años para que alguien con VIH desarrolle SIDA. El tratamiento disminuye la velocidad en que el virus daña el organismo y ayuda a que los infectados se mantengan sanos durante varias décadas, antes de que se manifieste la enfermedad. La mayoría de las personas con VIH no tienen síntomas durante años y se sienten totalmente bien, de modo que es posible que ni siquiera sepan que están infectadas. Una vez contraído el virus permanece en el cuerpo de por vida, no existiendo cura para este, pero hay medicamentos que ayudan para que, a pesar de estar infectada, la persona pueda mantenerse sana durante más tiempo y que disminuyen las posibilidades de contagio a otras personas. Prácticamente todas las personas que tienen el virus y no son tratadas van a morir a causa de éste.
Factores de riesgo:
• Tener relaciones sexuales anales o vaginales sin protección (condón).
• Padecer otra infección de transmisión sexual como sífilis, herpes, gonorrea.
• Compartir agujas, jeringas u otro material contaminado.
• Recibir inyecciones, transfusiones sanguíneas o trasplantes de tejidos sin garantías de seguridad o con instrumental no esterilizado.
• Pincharse accidentalmente con una aguja de una persona infectada con la enfermedad, lesión que afecta en particular al personal de salud.
Síntomas
• Los síntomas de la infección por el VIH varían de acuerdo con la etapa en que se encuentre cada individuo. Aunque el máximo grado de infección se tiende a alcanzar en los primeros meses, muchos infectados ignoran que son portadores hasta fases más avanzadas.
• A veces, en las primeras semanas que siguen al contagio la persona no manifiesta ningún síntoma, mientras que en otras ocasiones presenta un cuadro similar a la gripe con fiebre, dolor de cabeza, erupciones en piel o dolor de garganta.
•A medida que la infección va deteriorando el sistema inmunitario, la persona puede presentar otros signos y síntomas, como inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida de peso importante, fiebre, diarrea y tos persistente.
• Si no se trata al paciente aparecerán enfermedades más graves como la tuberculosis, meningitis criptocócica (enfermedad del sistema nervioso central), infecciones bacterianas graves o cánceres como linfomas o sarcoma de Kaposi, entre otros.
Diagnóstico
• Historia clínica y examen físico.
• Pruebas serológicas para detectar la presencia o ausencia de anticuerpos contra el VIH-1, el VIH-2.
Prevención
• Dar educación a la población sobre prácticas sexuales responsables y medios de contagio.
• Uso de preservativo.
• Uso de medicamentos antirretrovirales.
Tratamiento
Es posible inhibir el virus mediante tratamientos en los que se combinan tres o más fármacos antirretrovirales (Terapia antirretroviral TAR). Aunque el TAR no cura la enfermedad, frena la replicación del virus en el organismo y permite que el sistema inmunitario recobre fortaleza y por ende su capacidad para combatir las infecciones. Actualmente existe TAR con mejor tolerabilidad y mayor eficacia, teniendo hoy en día fármacos como dolutegravir y efavirenz como tratamiento de primera línea, y raltegravir y darunavir/ritonavir como segunda elección.
