Jairo Díaz Alarcón, conocido como “El Carnicero de Dota” fue condenado a 121 años de prisión por un delito de homicidio calificado, tres delitos de homicidio simple, dos delitos de violación agravada y un delito de hurto simple en perjuicio de una familia en Copey de Dota.
El tribunal penal de Cartago alegó que Díaz atacó a puñaladas a Ramón Suárez Espinoza, su esposa María Haydee, los hijos de ambos Abigail y Abraham Suárez Miranda, quienes recibieron múltiples heridas de cuchillo y machete en diferentes partes del cuerpo mientras permanecían en su rancho ubicado en una finca cafetalera.
Hannia Muñoz Picado, expareja de Díaz Alarcón, aseguró a los jueces que vivía con miedo de ser asesinada.
"Gracias a Dios ya no es mi pareja, fui víctima de agresión, salió de la casa con cuchillos y llegó en la noche ensangrentado asegurándome que mató a la familia.
Se quitó la ropa y la ocultó en el servicio sanitario de hueco y me dijo que si contaba a la policía me mataría, no podía salir de la casa, no tenía familia ni amigos en la zona", aseguró.
Los jueces no encontraron duda de que asesinó a la familia y violó a la niña, luego de una prueba científica que arrojó que estando agonizando la ultrajó.
“Se encontraron fluidos biológicos en el cuerpo de la menor que eran de usted (sentenciado), tenía muchísimas heridas y el testimonio de su compañera sentimental que declaró de forma clara, transparente y no tuvo duda. Llegó con pertenencias de las víctimas, no tuvo ningún tipo de vejación, el niño estaba a 125 metros de la niña y que lanzó a la mujer al río”, recalcó.
Un chip fue la pista con la que los agentes del OIJ empezaron a rastrear al ahora condenado.
VENDIÓ CELULAR DE MUERTO
El Carnicero de Dota, quien se le amplió la prisión preventiva mientras la sentencia queda en firme, agarró el celular de Ramón y lo vendió en una soda del barrio.
“Usted el día de los hechos y posteriores se ubicó en el lugar donde se les dio muerte, en la intervención telefónica se comunica con Silvio y le dice, “Estoy saliendo en las noticias güevón”, “por eso no estoy en la casa ahorita porque esos maes van andar de finca en finca”, “no lo voy a comprometer, ya usted sabe que no me conoce”, “estoy en la quebradilla donde ustedes cruzaban, para que no se me embarre en nada”, lo estoy conociendo cualquier vara”, fueron algunas de las comunicaciones que hizo el ahora condenado.
El tribunal agregó que en la acusación no existe una referencia que califique tres homicidios calificados, por lo que los jueces estaban limitados y lo condenaron por el delito simple.
ESCENA AMPLIA
Ana Beatriz González, especialista en escena del crimen, explicó que los cuatro cuerpos se ubicaron en espacios diferentes.
"El 29 de mayo del 2015 la temperatura era del 17 C había mucha humedad y en momentos había lluvia, estábamos a 1.718 msnm y empezamos a inspeccionar el rancho que tenía tres aposentos (sala, dormitorio con una cama y cocina) donde fue ubicada la niña.
Se hizo un rastreo de elementos pilosos y ubicamos supuesta sangre en un plástico. Un patólogo revisó el cuerpo y tenía los ojos y la boca con un trapo y las manos amarradas hacia atrás", detalló.
La experta añadió que mientras revisaban el rancho, la Fuerza Pública indicó del hallazgo del menor.
"Estaba entre plantas de café boca abajo, con la camisa hacia arriba y con heridas en la espalda y axilas y cerca del cuerpo se ubicó un celular, una bota de hule (la otra la tenía puesta) y un suéter", detalló.
En el sitio donde estaba Haydée había mucha vegetación y humedad.
"Estaba a la orilla del cauce del río boca arriba, con brasier morado y presentaba heridas en tórax y espalda. Diagonal estaba el cuerpo de su esposo con una lesión muy profunda en el cuello, un corte en la oreja izquierda y cuero cabelludo y una herida en la frente y estaba cubierto por hojas", recordó.
La funcionaria dijo que tenía puestas sandalias de hule, camiseta, pantalón de pijama y estaba boca abajo.
PROCESO SINIESTRO
El juez agregó que la menor tenía una herida desde la tráquea hasta la vagina.
“En una palabra es monstruoso, no sólo estamos hablando de que se masacró una familia y que se ultrajó a la menor de los miembros, recurrió a una serie de acciones reprochables.
El acusado se aprovechó de la situación de la familia de migrantes, con pobreza extrema, sobreviviendo en la montaña, fue aprovechado con el acusado y sus secuaces en una empresa criminal y para asegurar el éxito utilizaron armas blancas”, enfatizó.
Enérgico y contundente fueron los jueces que reiteraron que las palabras se quedan cortas para describir lo sucedido.
“Empezando por la violación de la niña de 9 años, pesaba 35 kilos a pesar que se enfrentaba con una indefensa fue más allá, la amarró, amordazó y procedió bestialmente a ultrajarla, se le laceró la vagina y el ano, estaba despedazada.
Se le privó hasta de la posibilidad de llorar mientras era víctima, se le privó de pedir misericordia de lo que se le estaba haciendo, merece ser sancionado de la forma más severa, le laceró el corazón, expuso los intestinos”, acotó.
Agregó que al niño de 12 años, de metro 45 centímetros de altura, de 40 kilos de peso le dio 4 puñaladas y un adulto le pegó 4 puñaladas le rompe las costillas, la madre de 32 años se le desnuda y la ataca por la espalda con heridas de hasta 16 centímetros.
Se les dejó como basura, a los padres ocultos para evitar fueran encontrados y a la niña ni la desamarró, al niño expuesto a los animales.
El 2 de junio del 2015 durante el allanamiento de la casa de Jairo Díaz Alarcón, Deivis Sevilla Bonilla y Roger García Mora, nombres que usó el ahora condenado, el OIJ decomisó cuchillos, machetes, celulares, tarjetas telefónicas, ropas y un revólver. Además, se dijo que por las heridas que presentaban las víctimas descartan la participación de una sola persona en un sitio abierto, a pesar de que se habló de dos personas más, que no fueron ubicadas, que habrían participado en la muerte de Haydee.
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CRÉDITOS: Fotos: Mauricio Aguilar
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Sábado 10 Febrero, 2018
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