El acusado de asesinar a dos niños y a sus padres en un rancho ubicado en medio de una finca cafetalera en Copey de Santa María de Dota, fue descubierto por los agentes del Organismo de Investigación Judicial por la sonrisa ya que le vieron los dientes con calzas, pues no se tenía registro fotográfico.
Se trata del nicaragüense Jairo Díaz Aragón, quien desconoce cuántos años tiene, permanece indocumentado y utilizaba dos nombres para despistar tanto a las autoridades de su país como a las nuestras, luego de cometer ocho homicidios.
Las últimas víctimas mortales eran miembros de una humilde familia integrada por Ramón Suárez Espinoza, su esposa María Haydee y los hijos de ambos, Abigail y Abraham Suárez Miranda, quienes fueron asesinados de múltiples puñaladas y las dos mujeres violadas varias veces.
Karen Mora, fiscal del caso, leyó la acusación que se le sigue a quien se le conoce como “El Carnicero de Dota” el cual permanece recluido en La Reforma desde hace dos años por cuatro delitos de homicidio calificado, dos violaciones calificadas, hurto agravado, amenazas contra mujer y maltrato.
“El 26 de mayo del 2015 Suárez Espinoza se fue a San José para visitar a su sobrina quedando su esposa e hijos en el rancho y cuando Suárez se encontró con su familiar le dijo que pensaba hacer un viaje a Nicaragua.
El 27 de mayo en la mañana el acusado visitó la casa de Suárez quien le prestó el teléfono para que hablara con Haydee y los niños y así verificar que todos los miembros de la familia estaban en la casa”, detalló.
La representante del Ministerio Pública agregó que Suárez le dijo a su sobrina que lo llevara a la terminal de buses para ir de nuevo a la casa.
“Para el 28 de ese mismo mes el acusado le dijo a su pareja que se fuera a la casa de Suárez porque le daría muerte a él y su familia sin darle explicaciones. Tomó un machete y dos cuchillos, agarró una moto y se fue. Una vez llegaron con dos hombres más no identificados y procedieron a amarrar a Haydee y sus dos hijos menores para darles muerte de uno darle”, explicó.
Según Karen Mora, el imputado agarró a la niña de 9 años, le ató las manos hacia atrás, con un paño le tapó la boca y la acostó en la única cama del rancho.
“Ahí la desvistió y la violó en varias ocasiones, mientras los padres, su hermano, su pareja y los dos sujetos escuchaban lo que le hacía a la menor. Con un arma punzo cortante la cortó desde el cuello hasta la vagina dejando expuestas sus vísceras y le dio dos cortadas más en el tórax, quedando tendida en la cama. Luego tomó sangre de la menor frente a su mujer y los dos hombres”, recalcó.
La fiscal continúa su acusación y dice que Díaz Aragón ordenó a sus cómplices, quienes nunca fueron detenidos, sacar al menor.
“Una vez afuera caminaron 125 metros y con un cuchillo les hizo tres heridas en la espalda y una en la axila izquierda ocasionándole la muerte.
Luego de matar al niño, sacaron del rancho a Haydee y a Suárez y los llevaron a una quebrada del río Pirrís, ahí desvistieron a la mujer y entre los tres la violaron varias veces y luego le pegó una puñalada por la espalda que lesionó el pulmón”, puntualizó.
Con un silencio sepulcral en la sala 1 de los Tribunales de Justicia, Mora dijo que posteriormente se fue donde estaba Suárez agarrado por los dos sujetos no identificados.
“Le hundió el cuchillo en el cuello y cabeza, quedando tendido en el suelo. Como si fuera poco se apoderó de tres celulares y se fueron con su compañera, uno de los aparatos lo vendió y otro se lo dio a su pareja”, agregó.
RITUAL SATÁNICO
Según la fiscalía, el acusado actuó también fuera de las fronteras y para ello detalló los hechos.
Para octubre del 2003 utilizaba su verdadero nombre Róger García Borgues, visitó la casa de su hermano de crianza Daniel en Chinandega de Nicaragua, quien vivía con su esposa Milagro del Carmen Mendoza y sus hijos Daniela de 8 años y Daniel de 11.
Milagro tenía que viajar a Costa Rica y su suegra Socorro le pidió que le dejara los niños, aprovechando la cercanía de la casa de su hermano.
En octubre Socorro se fue a dormir con su nieta Daniela y el menor durmió en una habitación solo y el ahora acusado en otra.
En esa noche el imputado, aprovechando que todos dormían se dirigió dónde estaba la mujer y procedió a desvestirla y con el sostén la ató de manos a la cama, le mordió en diferentes partes del cuerpo y con un machete le cortó el cuello lo que le produjo la muerte.
Luego fue por Daniela, la tomó y amarró los pies y manos por detrás y le colocó varios trapos en la boca para violarla y después tomar un martillo para darle por la cabeza y con el cable de la licuadora la ahorcó.
Aragón tomó la sangre de su madre y la niña como un ritual y fue observado por su sobrino menor de edad y le dijo que lo quería mucho pero que tenía que darle muerte. Tomó un cable y lo amarró por el cuello, creyendo que lo había matado, sin embargo, el pequeño logró huir y pedir ayuda.
LLEGÓ EL DEMONIO
Fue así como Aragón huyó a nuestro país llegando a finales del 2013 donde ingresó de forma ilegal y sin documentación que respalde su identidad. Desde entonces se dedicaba a la actividad de jornalero en Pérez Zeledón.
En el 2014 el sujeto conoció a Hannia Muñoz Picado, en el sector conocido como Pilar de Cajón en la Zona Sur, quien se había separado de su esposo por fuertes agresiones físicas y psicológicas, pese a eso empezó una relación hasta el 2010.
La mujer era subordinada del hombre en las que recibió amenazas de muerte y para su familia, no la dejaba que saliera sola a ningún lado y le dijo que en Nicaragua había asesinado niños y adultos y que a ella podría pasarle lo mismo si no guardaba silencio.
En la casa que ocupaba la pareja, donde el acusado era cortador de caña, mantuvo relaciones sexuales con dos sobrinas de su mujer quien los vio y cuando le reclamó la golpeó en manos y costillas y que si decía algo la mataba.
Aragón amenazó de muerte a su pareja para que fuera a la fiscalía a desmentir lo que había observado y por temor al sujeto ella quitó la declaración sobre los hechos.
En julio de 2012 siempre en la misma zona el desalmado laboraba en una chanchera por donde pasaba la niña de 8 años en la mañana aprovechó para violarla y matarla, después le contó a su pareja lo que había hecho y le dijo que debían irse del lugar para que no lo involucraran.
Ambos se fueron a León Cortés a coger café y a inicios del 2013 se marcharon a Copey de Dota, donde en mayo de ese mismo año llegó a la casa la hermana de su mujer.
En mayo salió de la vivienda con la cuñada y se dirigía a una cabaña en el sector de La Trinidad de Copey de Dota, donde le dio muerte con un martillo y la enterró. Los restos de la víctima fueron encontrados en noviembre del 2013.
Cuando regresó a la casa, le contó a su mujer que había asesinado a la hermana y que si decía algo también la mataba y que, si alguien preguntaba por ella, tenía que responder que se fue con un hombre en un taxi, a lo que accedió.
Dos investigadoras judiciales fueron las primeras testigos que llegaron a brindar su declaración y para este jueves estaría declarando la mujer del acusado.
