El voto: mecanismo de desarrollo
Lic. Roy Levell Brown
Está claro que, en política, las elecciones son un proceso de toma de decisiones en el que los electores deciden, con su voto, entre una pluralidad de candidatos a quienes ocuparán los cargos políticos en una democracia representativa. Todo el pueblo tiene derecho a participar en las elecciones presidenciales, el mecanismo habitual de participación política de los ciudadanos en la democracia liberal son las instituciones denominadas partidos políticos.
Prácticamente estamos en la recta final electoral, las cartas están echadas sobre la mesa, la cita es el 4 de febrero de 2018, los 13 candidatos a la Presidencia y más de mil otros aspirantes a diputados de los diferentes partidos tradicionales, partidos provinciales, locales, etc., bueno, todos se proyectan como los futuros que van a poner a flote el desarrollo de este país, unos con buenas ideas, buenos proyectos, buenas intenciones; así como al final no hay cama para tanta gente también muchos ya en la alfombra roja se olvidan de sus compromisos.
En estos tiempos, más de un candidato estará dando vueltas por la vecindad como Santa Claus con un saco lleno de promesas, también se apuntan los que aspiran a llegar a Cuesta de Moras haciendo campaña en los pueblos y comunidades más necesitadas, así es la política, pero hay que apartarse de los políticos populistas, especialmente los de izquierda o del tal socialismo del siglo XXI, porque la receta es pobreza para todos menos los que gobiernan. Un ejemplo claro es el retrato de la situación del régimen chavista de Venezuela con una grave crisis económica, política y alimentaria.
Casi todos estos últimos Gobiernos han tenido su lunar en sus Administraciones, como la gestión de don Óscar Arias con el proyecto minero Las Crucitas, en Cutris de San Carlos; la trocha fronteriza denominada 1856 de doña Laura Chinchilla; y ahora don Luis Guillermo Solís va a despedir su Gobierno con el sonado caso del cemento chino. Por otro lado, no veo que el país haya avanzado en algo referente a desarrollo. Eso de la novela del Cementazo está desmotivando a los electores de acudir a las urnas, de hecho, entre más se escarba, más gente se desilusiona de la clase gobernante.
No se puede dudar de la importancia del voto en un proceso democrático formal, y tampoco se debe dudar de la importancia de vivir en democracia. Ante las muchas promesas de los políticos como, por ejemplo, crear miles de empleos, erradicar la pobreza, combatir la corrupción, que será un gobierno austero, entre otras cosas, se sabe que al final es una burla hacia el pueblo, y un grave daño a la democracia, me parece que este modelo político debería reinventarse en algunas cosas, es decir, actualizarse en algunos objetivos más acordes a la época.
Tal vez bajo una nueva perspectiva se podría evitar, en cierta medida, que algunos políticos se aprovechen del sistema en beneficio propio. Así, mucha gente confiaría en el voto como el mecanismo más indicado para el desarrollo de su país.
