¿Portillo para penetración del crimen organizado?
Reducción de la deuda política:
Basta con salir de la casa para percibir como el crimen organizado se ha ido infiltrando en nuestros barrios cada vez con mayor fuerza, extendiendo sus tentáculos y ampliando sus áreas de cobertura en el país.
Los homicidios en medio de escalofriantes balaceras, ajusticiamientos por control de territorios de venta de drogas o “negocios inconclusos”, nos demuestran que el mercado ilegal está ahí, de pronto detrás del vecino, del cual usted sospechaba, pero se negaba a creerlo.
El año 2016 cerró con 577 homicidios, evidenciando el incremento en la ola de violencia, una amplia mayoría asociados con delitos de tráfico local de drogas.
La penetración de estos actos ilícitos no deja exento a los partidos políticos, el riesgo está latente, y el Tribunal Supremo de Elecciones ha sido enfático en advertirlo.
El magistrado presidente del TSE, Luis Antonio Sobrado, lo ha definido, como una preocupación constante.
“Velar porque el crimen organizado no esté infiltrando las estructuras partidarias y de alguna manera afectando la libertad de criterio de los futuros gobernantes, en el plano nacional o local, no es una cosa que nos deba preocupar hoy, sino siempre. Una de las principales amenazas del financiamiento partidario es la posibilidad de cooptación por parte del crimen organizado y de los intereses ligados al narcotráfico nacional e internacional”, fueron parte de sus palabras en entrevista con este medio, justo al cerrar el período de las elecciones municipales en el 2016, cuando la entidad reconoció ¢6.800 millones a 46 partidos políticos, por concepto de deuda política.
Ahora, a las puertas de las votaciones nacionales, donde el dinero en juego es de ¢25 mil millones, por concepto de reconocimiento a los gastos de los partidos políticos, las reglas podrían cambiar, y en medio de la alerta, sectores lo definen como un portillo más para la penetración de dineros mal habidos.
Si bien, hasta el mismo TSE ha promovido que las campañas políticas sean más austeras, cambiar las reglas a estas alturas, no solo coloca al Estado ante un campo minado de demandas o indemnizaciones, según advierte la misma entidad, sino que podría incrementar la tentación de financiarse de otras formas, para lograr el fin de cumplir con una campaña que le haga ganar el apoyo del electorado.
Trasladar a cuatro meses de las votaciones plata de la deuda política a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) para la atención de la tormenta Nate, fue una carta que ni su propio proponente, el diputado Otto Guevara, imaginó que iba a encontrar respaldo en el seno de los diputados de la Comisión de Asuntos Hacendarios, quienes tienen la potestad de modificar las partidas del Presupuesto Nacional 2018.
Pero lo logró y ese cambio está a semanas de quedar vigente, si una mayoría de legisladores lo aprueba en plenario legislativo, precisamente al finalizar el mes de noviembre.
Es un escenario posible, por lo cual los partidos y el Tribunal tendrán que enfrentarse para sortear el panorama.
El TSE ya ha dado su postura, ha advertido prácticamente que esta jugada podría salir más cara, ya que al final los ¢10.600 millones que le restaron a la deuda, deberán reponerse en presupuesto extraordinario; si no quieren enfrentarse a procesos judiciales.
Del otro lado, los partidos están ante el riego que los financistas, personas físicas y de nacionalidad tica, se atrevan menos a apostar a su financiamiento. También que resulten poco apetecibles para créditos bancarios. Ante esto, o realmente realizan una campaña austera y se niegan a caer seducidos por formas irregulares de financiamiento, o el TSE tendrá que elevar aún más sus criterios de supervisión para garantizarse que la penetración de platas del crimen organizado no se concrete en la contienda electoral.
El portillo también enciende cuestionamientos del otro lado de la carta: la plata para atender la emergencia. Con tantos miles de millones de colones y con antecedentes de las irregularidades en casos como la denominada “trocha fronteriza”, este nuevo flujo de plata, que se asignaría sin mayor especificación, debe manejarse con los más altos niveles de control y supervisión. En tiempos en el que el país está harto de la corrupción, las cual sus ciudadanos identifican como uno de los principales problemas del país, plantear reducir el monto de la deuda política, no puede ser visto sólo como un acto de buena fe sino deben medirse los riesgos que esto representa.
Los diputados aún tienen tiempo de buscar una salida para blindar esta decisión, que de momento está en manos de seis legisladores mientras salpica a múltiples sectores.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Sábado 21 Octubre, 2017
HORA: 12:00 AM
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