Ojalá sirva de precedente porque ambos tienen los mismos derechos
Editorial
Se supone que cuando dos personas engendran un hijo tienen los mismos derechos y obligaciones, ya sea que la pareja haya concebido dentro del matrimonio o fuera de este, pues algunas mujeres abusan de estas dos condiciones para manipular y aprovecharse del hombre.
Sin embargo a veces entramos en grandes confusiones porque al parecer los varones sí tienen muchas obligaciones, pero los derechos son cada vez menos y casi todos, por no decir que en su totalidad, están en desventaja respecto a sus exparejas.
Con esto de los derechos vamos al punto que así como tienen el deber de depositar la pensión alimentaria, igual deben temer la posibilidad de compartir con sus hijos.
Precisamente por eso vemos con buenos ojos la resolución que se tomó en el Tribunal Penal de Naranjo, donde a una mujer le impusieron 3 años de prisión por impedir que sus dos hijos tuvieran contacto con su padre, pese a la orden del juez.
Es cierto que tal vez no vaya a prisión porque el Tribunal le otorgó el beneficio de ejecución condicional de la pena (libertad condicional), pero no debe cometer otro delito en los próximos cinco años, ni puede insistir en alejar a sus hijos de su progenitor.
Sin lugar a dudas este es un precedente para todas aquellas féminas que buscan cómo molestar a sus exparejas a través de sus hijos, pues algunas a pesar de que el hombre paga la pensión y es una persona de bien le impiden tener contacto, sin saber que con eso no solo le hacen un daño a él sino también a los niños.
Esta mujer fue castigada por desobedecer la orden de un juez, quien ordenó que su expareja podía ver a sus hijos todos los domingos, sin embargo ella decidió hacer caso omiso a este mandato, a pesar de que viven a tan solo 1 kilómetro de distancia.
Tal como sucedió en este caso, en el que después de cuatro años de no ver a su papá él se convirtió casi en un extraño, ante este escenario resulta difícil obligar a estos pequeños a ver o irse con una persona que para ellos es un desconocido. Sin lugar a dudas este será un caso que requerirá asistencia psicológica para sanar la relación.
Algunas madres hacen que los hijos vean a su padre como el proveedor de dinero, al que hay sacarle hasta el último colón, y no como la persona que les dio la vida, pero que asimismo los ama por sobre todas las cosas.
Esta situación la viven miles de familias a diario donde un juez determinó que el padre puede ver a sus hijos o llevárselos para su casa ciertos días a la semana y su expareja desacata esa orden, muchas veces solo por molestar al hombre, que en algunos casos ha logrado rehacer su vida.
También se da el caso de aquellas mujeres que lo usan como un modo de presión para que la expareja aporte más dinero y acceda a todas sus peticiones. Es complicado entender cómo una madre va a querer hacerles daño a sus propios hijos.
La única circunstancia bajo la cual se debe prohibir que un padre vea a sus hijos es porque represente un peligro, ya sea porque es agresivo, tiene tendencias asesinas o es adicto a las drogas o el alcohol, situación que puede poner en peligro la vida de los menores.
Precisamente para eso existen los tribunales, para ir a exponer estos casos y demostrar que hay cosas que no se están haciendo bien, y de esta manera lograr que las visitas sean supervisadas para que la vida de los niños no corra peligro.
Una cosa es que la madre tenga la patria potestad del menor y otra que lo aleje del padre y que les impida compartir momentos especiales juntos. Las autoridades deben velar por que ambos cumplan con sus obligaciones y sus derechos, pero sobre todo por que los niños vivan en un ambiente sano y agradable.
