El canciller Manuel González hace lo que sea con tal de dejar bien montados a los amigos y familiares del gobierno, en importantes puestos en el exterior antes que concluya este gobierno, aunque ello signifique el atropello a la dignidad de una mujer recién operada de un cáncer.
El Ministro decidió remover de su cargo a la embajadora costarricense en Suiza, Isabel Montero, para nombrar en ese puesto a Rubén Salas Pereira, cuñado del actual viceministro administrativo de la Cancillería, Jorge Gutiérrez.
Acá el tema sensible de fondo es que González decidió hacer la jugarreta en momentos en los que la embajadora Montero está en medio de una incapacidad médica, pues está en recuperación de una reciente operación de un cáncer en un pecho. La mujer, diplomática de carrera, está incapacitada desde el 21 de febrero anterior por dicha enfermedad.
Por orden médica, mientras se recupera de la intervención, la embajadora no puede volar al país en un vuelo trasatlántico ni puede ser sometida a situaciones de estrés como lo es una mudanza.
A raíz de la decisión del Canciller, la embajadora interpuso un recurso de amparo en contra del ministro González ante la Sala Constitucional, el cual está en trámite.
“La familia en este momento no se quiere referir al tema. Estamos tomando los pasos legales para proteger la salud y la vida de ella y confiamos en que el sistema judicial hará lo correcto para salvaguardar la integridad física de ella”, dijeron familiares de la embajadora en el país.
El Canciller juramentó el miércoles a Rubén Salas como embajador en Suiza. Su nombramiento es efectivo desde el pasado 1 de septiembre, pero no precisaron la fecha de su cese.
Con ese nombramiento el ministro dejó bien montada a la familia amiga del gobierno, pues además de nombrar a Salas, hay que recordar que su cuñado, el viceministro Gutiérrez, es el hermano del ministro de Ambiente, Édgar Gutiérrez. Este nombramiento fue muy criticado por la oposición cuando DIARIO EXTRA lo dio a conocer el 8 de marzo anterior.
Como es de esperarse en este tipo de designaciones a dedo, el nuevo embajador no es diplomático de carrera. Salas Pereira, a diferencia de la embajadora Montero, no maneja ni siquiera los dos idiomas principales que se hablan en Suiza; no habla ni francés ni alemán de manera fluida.
CANCILLER: “LA SALA TENDRÁ QUE RESOLVER”
Como suele ser usual, el canciller González defendió una vez más los nombramientos a dedo que realiza desde su puesto. Sobre la rotación de la embajadora Montero, dijo que será la Sala IV quien defina si ella se mantiene en su cargo o no.
Aseguró que la decisión se tomó con base a antecedentes jurídicos similares. En caso de que la Sala IV falle a favor de Montero, el ministro adelantó que aún así dejará a Salas como embajador en Suiza.
“Si la decisión de la Corte fuera mantenerla nada obsta que en una misión haya dos embajadores, en el cual uno es jefe de misión; que será don Rubén y ella puede mantenerse en la embajada, pero no como la jefa de la misión”, contó.
Por su parte, el viceministro Gutiérrez, cuñado del nuevo embajador, prefirió no referirse al tema, solo comentó que “todo estaba hecho de manera legal”.
González insistió en que Salas Pereira fue nombrado en el cargo por sus méritos propios, a pesar de que fuentes internas de la Cancillería contaron a DIARIO EXTRA que el nuevo embajador reprobó los exámenes del concurso para este puesto, pero que tras una apelación los aprobó.
Antes que un embajador asuma sus funciones, el país anfitrión tiene que extender una aprobación al gobierno que propone al funcionario, eso se conoce como beneplácito. En el mundo diplomático si ese beneplácito o aprobación del país donde va el funcionario se tarda más de tres meses, automáticamente se entiende que esa persona no es aceptada y que debe enviarse otra persona.
Según cuentan, el beneplácito de Salas se solicitó desde enero y no fue hasta junio anterior cuando se otorgó, según se rumora desde los pasillos de la Casa Amarilla, tras una insistencia del Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Tenemos todo el derecho de preguntar, eso no tiene ningún pecado, eso se refiere a relaciones de confianza entre los países y no tiene ninguna anormalidad”, defendió el ministro.
En la oposición el tema causó alarma. La diputada liberacionista Sandra Piszk dijo que pedirá cuentas al canciller por este nuevo nombramiento político. La legisladora solicitó hace unas semanas un informe a la Cancillería acerca de los nombramientos políticos hechos por esta administración que trascienden la fecha de conclusión de este gobierno.
El diputado de Alianza Demócrata Cristiana, Mario Redondo, aseguró que la Cancillería debe dar cuentas de todos estos nombramientos y tildó de nepotismo la actitud de sus autoridades.
“Nombramientos y movimientos como este no son más que nepotismo”, dijo Redondo.
PERIODISTA: Carlos Mora
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Jueves 14 Septiembre, 2017
HORA: 12:00 AM
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