Sexualidad no es genitalidad
La Sociedad costarricense ha cometido un error enorme en haber obviado y excluido por muchos años el tema de la sexualidad del currículum escolar.
Debemos entender de una buena vez que una educación para la sexualidad debe servir para que la gente pueda vivir este componente de la personalidad de forma plena y responsable, que pueda ser generador de felicidad y de crecimiento personal íntegro. La sexualidad no es sinónimo de genitalidad como algunos grupos lo tratan de ver y transmitir. Forman parte de esta dimensión de la personalidad aspectos como el fisiológico, la cultura a la que se pertenece, la forma en que se conciben los roles de género, etc.
¿Permitimos que sean las redes sociales, las páginas web o el teléfono celular los encargados de tan importante tarea? Porque no nos vamos a engañar: muchas familias no hablan ni desean involucrarse en este tema el cual prefieren mantener escondido, ya sea porque no se sienten en capacidad de abordarlo con sus hijos e hijas o porque lo consideran un tabú religioso.
Entre los países de Chad, Camerún y Nigeria habita una tribu muy particular llamada la tribu Wodaabe (que a muchos hombres y mujeres occidentales les puede sacar los colores).
Los llaman los “pastores del sol” y en ella mandan las mujeres.
Cada año la tribu realiza un festival llamado “Garewol” en el cual los hombres se pintan y danzan para que las mujeres los puedan escoger. El tema es que pueden escoger varios esposos o compañeros sexuales ya sea que estén casadas o sean solteras.
El primer matrimonio por lo general es un arreglo entre familias con vistas a la reproducción exclusivamente, mientras que los esposos subsiguientes son escogidos por amor o atracción.
Esta tribu, como otras bastante similares que se pueden encontrar en el Amazonas, han sabido subsistir a lo largo de los siglos.
¿Qué hacemos con estos grupos humanos? ¿Los juzgamos? ¿Los mandamos a la hoguera? ¿Los conquistamos y obligamos a ser monógamos por las buenas o por las malas?
Lo que quiero dar a entender con esta referencia es que lo que realmente está haciendo daño a nuestra sociedad en este momento de nuestra historia es el “egocentrismo cultural” con que algunos grupos pretenden imponer su punto de vista, obviando que lo más importante es que, como sociedad, tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles porque nuestros ciudadanos y ciudadanas sean integrales, felices y, especialmente, tolerantes.
La sexualidad es un tema que ha evolucionado, lo queramos o no…y seguirá evolucionando. Pero entonces, como sociedad, hagamos que esa evolución se dé de la mejor forma, dando una educación para la sexualidad integral para que nuestros jóvenes se enteren que este no es un tema cualquiera, el cual requiere de compromiso, de visión y de mucha responsabilidad con nosotros mismos y con las demás personas, un tema que forma parte intrínseca de nuestra condición humana, íntimamente relacionado con la autoestima, que determina un posicionamiento en el mundo y que no se refiere exclusivamente al coito sino que determina el cómo me sitúo dentro de la sociedad.
Hagamos de la sexualidad un complemento de la autoestima, de la salud mental, de un proyecto de vida que permita a nuestros jóvenes situarse de mejor manera en una sociedad cada vez más compleja que necesita de todas las personas el valor del “relativismo cultural” como un complemento idóneo de nuestra personalidad y un potenciador de la tolerancia hacia los demás.
Un dato contundente: la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva del 2010 reveló que más del 93% de los adultos costarricenses estaba a favor de que se brindara educación para la sexualidad en secundaria y la misma encuesta en el 2015 arrojó que el 85% de los adultos en el país están de acuerdo con que se brinde educación sexual desde la escuela primaria(menos del 10% está en contra).
Eduquémonos de forma integral y provoquemos una sinergia interna de crecimiento para nosotros mismos. Hagamos que esos componentes de nuestra personalidad convivan entre sí de forma armónica, con el objetivo de convertirnos en mejores personas en el mundo y para el mundo.
Demostremos que, como sociedad, hemos evolucionado.
