En un audio de más de 10 minutos, que se hizo circular en chats el fin de semana, la viceministra de la Presidencia Ana Gabriel Zúñiga desnudó su postura respecto al sobresueldo que recibió por el pago de un plus que no le correspondía.
Según el criterio de la Procuraduría General de la República y la Controlaría, no podía recibir el pago por concepto de prohibición ya que carece del título que la acredita como abogada.
Zúñiga habría rendido sus palabras en el marco de un foro de la Unesco, días antes que Casa Presidencial resolviera que por este caso la jerarca devolviera el 20% de lo sobregirado de forma irregular, entiéndase ȼ8 millones de los ȼ30 millones sobrepagados, alegando que la Procuraduría se pronunció enfatizando que podía recibir el 45% del beneficio.
El desembolso indebido a Zúñiga, así como sucedió con la ex viceministra de Vivienda, Ana Cristina Trejos, y de Gobernación, Carmen Muñoz, han sido fuertemente cuestionados, tildados como actos de corrupción.
Sin embargo, Zúñiga -en lo que para los críticos podría sonar contradictorio- comparó su caso con la pretensión del programa de Gobierno Abierto, con el cual se busca potenciar la trasparencia en el ejercicio del cargo público. “No es corrupción, es un error histórico, de 23 años de estar sucediendo. Que casualmente las viceministras mujeres y jóvenes hemos sido las más sexys para que nos arreen, bienvenido sea. Lamentablemente ha sido un proceso horrible, sobre todo para la familia. Pero si al final de cuentas esta discusión, que se personalizó mucho en tres mujeres, da como resultado que se dé una discusión nacional para resolver esto y que no vuelva a ocurrir, bienvenido sea.
Eso es Gobierno Abierto. (…) Tengo tres veces más autoridad moral para hablar de Gobierno Abierto (…) Esto es Gobierno Abierto, es rendir cuentas, dar la cara. Es dar resultados para que la gente no desconfíe tanto de la política”, fueron parte de sus palabras.
Zúñiga fue enfática en que por defender sus argumentos la tildaron de “altanera, que es esa muchachita, el Presidente la debería despedir por altanera y por berrinchuda”, pero su actuar es “lo que se espera de un servidor público”.
“Hace 23 años se tomó esta decisión, a todo el mundo se le paga parejo. No importa si sacó el colegio o la escuela, no importa qué profesión tenga, se le paga parejo.
Ana Gabriel Zúñiga, que además publica su salario desde agosto del año pasado en la plataforma de transparencia, muchísimo antes de que se generara toda esta discusión nacional, es el tercer caso del actual gobierno de algún cuestionamiento de medios de comunicación, sitios web y demás, un sobresueldo incorrecto”, insistió en sus argumentos.
