Ellas también merecen respeto
Editorial
Cuando uno va a en busca de un trabajo lo hace para llevar el sustento a su hogar, en algunos casos para darse un lujillo pero en especial con el fin de facilitarles una calidad de vida a nuestros hijos; en especial si no la hemos tenido fácil, lo que queremos es que ellos no pasen necesidades.
Muy pocas veces la gente sale en busca de empleo por hobbie y ponerse un negocio es un tema bastante oneroso el cual no todos pueden asumir, así que no queda más que ser un asalariado que recibe órdenes.
Sin embargo, debemos tener claro que las necesidades no nos pueden llevar a soportar insultos y malos tratos. Las autoridades en el país existen para interponer las respectivas denuncias y llegar a un acuerdo, ya sea que mejoren las condiciones o por lo menos sancionen y se tomen las medidas necesarias con el fin de que estos empresarios cambien las políticas.
Estas ganas de salir adelante y llevar unos cinquitos para comprar comida muchas veces son usadas por algunos para aprovecharse y explotar a los trabajadores, ya sea física, laboral y sexualmente.
Con esto vamos al caso de las mujeres que laboran en las piñeras y bananeras, que con el corazón en la mano y sus ojos llenos de lágrimas denuncian todos los abusos de los que son víctimas con tal de tener un trabajo que les permita mantener a sus hijos, ya que muchas de ellas son madres solteras.
Pero estas no son las únicas áreas donde se ven este tipo de tratos, en los trabajos de otras cosechas y en las labores de maquila no están exentos de esos problemas, donde los colaboradores casi que están obligados a usar pañales con tal de que ni siquiera pierdan un minuto en ir al baño.
Ni qué decir de los tiempos de comida, que muchas veces son inexistentes y las horas extra son realmente excesivas. Lo peor de todo es que ni siquiera son retribuidas, ya sea con días libres y mucho menos de manera monetaria.
Muchos se aprovechan de estas ganas de salir adelante, los usan para labores forzosas que les provocan no solo problemas de salud sino hasta la pérdida de sus bebés. Se sabe de casos de aborto por el tipo de trabajo realizado.
Es doloroso saber que muchas se sienten como un número, el cual a nadie le importa cómo se siente y deben soportar malos tratos no solo verbales sino físicos. Seamos realistas: a quién le gustaría que su jefatura le esté diciendo a cada rato que no sirve para nada solo por estar embarazada.
De hecho, las cosas se ponen peor cuando algunas de estas mujeres toman la decisión de sindicalizarse, al parecer es el detonante para que se incrementen las injusticias, situación que no debería presentarse pues en el país está permitido unirse a esos grupos.
Los empresarios ante esta denuncia afirman que todo es falso, sin embargo es muy complicado pensar que tantas trabajadoras coincidan.
Ante este escenario lo importante es verificar lo que sucede, ya que en algunas ocasiones los capataces o encargados son los que se aprovechan de su poder para maltratar a los subalternos.
Es momento de que las autoridades de Trabajo saquen el tiempo para ir a esos lugares y verificar que de verdad se les trata bien a los colaboradores, pues no son objetos.
Llegó la hora de destinar recursos para ver cómo laboran las poblaciones más vulnerables. Muchos empresarios se aprovechan precisamente de las necesidades que se viven en los pueblos ante la falta de empleo para explotarlos.
