Viernes 26, Abril 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

La cultura del sabanero

Lic. Miguel Fajardo Korea*

El Dr. Víctor Julio Baltodano Zúñiga ha escrito un brillante estudio: “Transformaciones en la cultura del sabanero guanacasteco en una sociedad posmoderna y globalizada” (UNA, 2015: 393). Es el estudio más completo, en torno de tan singular figura histórica e identitaria.

Dicho estudio reconoce cuatro tipos:

1. Sabanero tradicional: Trabajaron como asalariados en grandes haciendas y fincas. Tienen más de 75 años. Simbolizan el eje de una cultura ligada a la tierra y al ganado. Su instrumento fue el caballo. Gozan de reconocimiento social, debido a su legado: bailes, bombas, retahílas, fiestas de toros, su grito, ser valientes.

2. Sabaneros en el turismo: Sabaneros tradicionales, quienes se trasladaron al turismo; los sabaneros más jóvenes, quienes combinan la labor de la hacienda con el trabajo en el turismo. Se encuentran en hoteles guanacastecos. Incorporan espectáculos para el turismo.

3. Sabaneros transformados: Trabajadores recientes, quienes, debido a la fragmentación de la tierra, la tecnología, la globalización y el nuevo entramado económico, cambian sus prácticas laborales. Usan las redes sociales, se orientan a la cría de toros para espectáculos.

4. Sabanero por apropiación: jóvenes o adultos medios que no han trabajado como sabaneros. Asisten a cabalgatas y fiestas. El cambio es de un patrón laboral a un modo vital. Bregan en otras actividades. Comparten con los sabaneros transformados. Algunos han heredado propiedades; otros han aprendido porque asisten y participan en las “probaderas”.

El Dr. Baltodano Zúñiga establece que las transformaciones en la cultura del sabanero se presentan desde 1950, cuando se da el cambio en la propiedad, que ha modificado los patrones de interacción laboral del sabanero, así como el de su entorno.

La cultura del sabanero tradicional cimentó su masculinidad en los corrales de piedra y en la fierra. Dichas faenas de trabajo rudo, persecución del ganado, el aparto y su cuido, así como amansar y hacer los caballos de las haciendas. Es decir, la construcción simbólica como hombres fuertes, trabajadores, sin miedo a nada. Es el “orgullo sabanero”, elemento de interacción laboral y cultural, que mantiene su figura arquetípica en el imaginario.

A partir de sus relatos de vida, configuró ejes temáticos como la hombría, el trabajo rudo, la relación entre ellos, la importancia de los sitios, la extinción del sabanero tradicional y las luchas alrededor de las prácticas locales de poder, deseo, saber y discurso.

Entre los elementos culturales, que reconoce la división social del trabajo, se jerarquiza así: administrador, mandador, sobrestante, sabaneros, arreador, vaqueros, jornaleros, boyeros, cocineras, llavero y guachos.

Las tradiciones, a partir del trabajo en la hacienda, configuraron una cultura, ligada con la tierra, la ganadería y la hacienda. Clifford Geertz (1994) habla de redes de significado, por lo tanto, el sabanero se visualiza como “un ser social, localizable geográficamente, con una matriz potencial de diferenciación social”

Una problemática es el esquema cultural vallecentrista, como imagen de la cultura nacional, legitimada por los medios de comunicación, donde la periferia y los polos interiores no se visibilizan en sus manifestaciones vernáculas. Aduce el Dr. Baltodano Zúñiga: “Es claro que Guanacaste y la cultura del sabanero surgen de una estructura colonial con una economía y cosmovisión de influencia europea”.

El sabanero guanacasteco vive inmerso dentro de un país heterogéneo, multiétnico y multicultural. Costa Rica sufre transformaciones en los planos políticos, económicos, sociales, ambientales y culturales hacia 1950, cuando el académico fija las transformaciones en sus actividades socioproductivas.

Aduce el Dr. Baltodano Zúñiga que el sabanero “debía saber hacer sus propios instrumentos, tales como la jáquima y la grupera; y asimismo, construir su propia soga. Con el caballo, la soga y el cacho carbolinero como instrumentos de trabajo principales, el sabanero se iba al campo”.

En la actualidad, la comunicación es diferente “Antes era con un grito; hoy es con un radio”. El grito del sabanero ha sido una de sus marcas, con diversos significados: alegría, incitación a la violencia, a la gresca, pero, sobre todo, un mecanismo de comunicación. Para Marco Gardela (2014) “grito potente, uniforme, continuo, extenso y serial, que es una respuesta del sabanero al bramido del toro”.

El sabanero tradicional no sentía miedo, alardeaba de su valentía, soportaba dolores por las espinas o las astillas incrustadas. En cambio, los sabaneros transformados son más tolerantes. Los sabaneros por apropiación utilizan el celular tienen muros en Facebook, desde donde comparten actividades, suben fotos y videos de animales y haciendas, así como de las competencias donde participan.

Para el investigador, nadie discute que la hacienda ganadera dio origen al sabanero tradicional, pero muchas veces se trata como una visión homogénea, sin embargo, es claro que se ofrece dentro de un marco de heterogeneidad, desde el contexto de la hacienda.

Hoy, la cultura se enfoca en el espectáculo y la explotación de la imagen. En el sabanero guanacasteco hay un cambio en los contenidos. Es un proceso dinámico, que incide en la subjetividad de los sabaneros, en el mismo contexto, mediante el circuito de la reproducción del capital y la explotación de la imagen de los espectáculos taurinos, entre otros.

El sabanero tradicional, cuando salía de su faena, seguía siendo sabanero en cualquier espacio. El sabanero transformado, se despoja de él y puede ser otro en diversos ámbitos de la vida social. Žižek (2004: p. 86), lo denomina “capitalismo cultural”, donde la “relación entre un objeto y su imagen‐símbolo se da la vuelta: la imagen no representa al producto, sino que, por el contrario, el producto representa a la imagen”.

Expresa el Dr. Baltodano Zúñiga: “En cuanto al sabanero, ha calado el estereotipo del tipo machista, que todo lo soluciona por la fuerza, pero que se ve diluido por la sumisión al patrón (…) La familia era prácticamente invisible en el discurso del sabanero. Pocas veces aparece la esposa, la compañera o los hijos en el mundo del sabanero”.

La investigación identifica diferentes rostros en los sabaneros guanacastecos, con base en los procesos de hibridación o de sincretismo en la sociedad globalizada y posmoderna. Uno de esos rostros es el del sabanero vinculado con el turismo. Su imagen se relaciona con una economía, a partir de las actividades del espectáculo. 

Para el Dr. Víctor Julio Baltodano Zúñiga: “Estos nuevos rostros conviven en una hibridación entre lo local y lo cosmopolita, aportado por el proceso de globalización cultural, transmitidos por los medios de comunicación (…). Pero, también, esos rostros luchan por una reterritorialización y un reconocimiento dentro de un engranaje mundial que todo lo fragmenta y lo globaliza, por medio del mercado”.

El sabanero presenta otras miradas, sobre la base de esta acuciosa investigación del Dr. Víctor Julio Baltodano Zúñiga, académico de la Universidad Nacional. Es importante destacar, que se declaró el “Día Nacional del Sabanero”, mediante la Ley 8394, del 2003, como un reconocimiento al personaje que modeló el ser guanacasteco.

 

*Premio Nacional de Promoción y Difusión Cultural

[email protected]

Twitter: @mifajak

PERIODISTA:

EMAIL:

Viernes 24 Marzo, 2017

HORA: 12:00 AM

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA