Un gran número de sospechosos y sus respectivas fotos circulan de mano en mano entre los usuarios de la telefonía celular de nuestro país. El retrato hablado que compartió el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), con las principales características del sospechoso del múltiple crimen de Liberia, ha generado una peligrosa cacería de brujas de eventuales personas con rasgos muy similares. El citado retrato fue elaborado por especialistas forenses que contaron con el aporte de un testigo.
El crimen de barrio La Victoria de Liberia ha consternado a la sociedad y la presión mediática del OIJ es evidente en procura de capturar al responsable.
Rafael Ángel Guillén, exdirector del OIJ, compartió con DIARIO EXTRA un análisis de criminalística con que se maneja el tema en los pasillos judiciales. Según el exjerarca, la atención de la sociedad está enfocada en la cara del sospechoso, pero el elemento del tatuaje es clave para determinar y desenmascarar al responsable de los asesinatos. “Son las redes sociales las que le dan la velocidad a la información. En este momento y con ese retrato, el rumbo de lo que debe interesar no es la cara, sino el tatuaje. Ese es el norte por el cual se puede llegar a identificar al sujeto, independientemente si la cara se parece. La atención de la población y de la policía es el tatuaje porque la cara se puede confundir tal como ha estado sucediendo”, explicó Guillen.
PRUEBAS
El retrato hablado no es nuevo para los judiciales y ha sido una herramienta efectiva para identificar sospechosos o requeridos por la Policial Judicial. “Es una técnica utilizada hace muchos años y algunas veces da buenos resultados. En estos retratos hablados son mínimo dos personas las que tienen que contribuir, ya sea el testigo y el técnico”, manifestó Guillén.
Una de las consecuencias de compartir este tipo de datos es la cantidad de información que se comienza a generar. Esta es toda analizada, y según el exjerarca, se debe someter a la prueba palpable para evitar errores en el proceso. “Es tanta la información, que se debe tener mucho cuidado pues hay que empezar a clasificarla con la precisión del caso, debido a que, si se comete un error, este podría interrumpir la investigación”, explicó Rafael Guillén.
Agregó que la prueba criminalística y los testigos presenciales son las fuentes más fiables para los judiciales y la prueba que aporte la población debe someterse al marco que estos factores determinan.
PANDEMIA
Tras años en la función judicial y dada su experiencia legal, hacen pensar al exjerarca que Costa Rica ha pasado el umbral que determina el grado de impacto que socialmente tiene un crimen como el ocurrido el Liberia. “Esto en la práctica ya se está convirtiendo en una pandemia y va quitando sensibilidad a la población. Ahora la gente cuando escucha un crimen de esta naturaleza y los medios informan que hay vinculación con drogas o crimen organizado, la gente ya lo tolera. Incluso fiscales me han dicho en algún momento que se están matando entre ellos. Eso es desagradable al tratarse de seres humanos”, sentenció Guillén.
Hasta el momento los agentes del OIJ han descartado la captura del eventual sospechoso y reiteran que la principal característica de este hombre es el tatuaje del alfabeto chino que tiene detrás de su hombre derecho.
PERIODISTA: Gustavo Retana
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Lunes 23 Enero, 2017
HORA: 12:00 AM
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