Caracas, Venezuela. (AFP) - Sumida en una grave crisis económica con una inflación desatada y escasez de alimentos, la Navidad promete ser austera en Venezuela. Pero el gobierno de Nicolás Maduro decidió dar unos gustos a los venezolanos, olvidando momentáneamente el consumismo.
A inicios de mes lanzó un ejército de fiscales y militares para imponer rebajas en más de 200 tiendas de ropa, zapatos y accesorios de Caracas, donde asegura que sus dueños habían aumentado los precios entre un 300% y un 500%.
Ayer decomisó 3,8 millones de juguetes a una empresa a la que acusó de acaparamiento y de sobreprecios del 34.000% para distribuirlos.
"Nuestro presidente obrero nos ordenó garantizar los precios justos al pueblo y estamos cumpliendo. Estos sicarios económicos no podrán quitarnos unas Navidades felices", lanzó William Contreras, jefe de la Superintendencia Nacional para Defensa de los Derechos Socioeconómicos en un operativo.
En un país que vive en una cola perenne en busca de comida subsidiada, las filas para comprar ropa rebajada fueron la tónica tras la determinación.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Sábado 10 Diciembre, 2016
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