La no violencia a las mujeres se debe conmemorar todos los días
Editorial
Cada 25 de noviembre en todo el mundo se conmemora el Día de la No Violencia contra las Mujeres, aspecto en el que Costa Rica está en deuda porque son decenas de féminas las que anualmente pierden la vida. Este año se quedará sin su respectiva marcha, por lo menos hasta hoy, porque el huracán Otto se la trajo abajo, pues todos en el país estamos pendientes de la emergencia.
Sin embargo esto no debe ser una excusa para no recordar aquella frase que nos decían nuestros padres cuando estábamos pequeños y nos recordaban que “a las mujeres no se les toca ni con el pétalo de una rosa”.
Para nadie es un secreto que esta problemática se está saliendo de las manos de las autoridades porque hace unas décadas mataban a una o dos mujeres al año, desgraciadamente estas cifras se han disparado y ahora son decenas las que mueren. En muchos casos dejan solos a sus hijos, que terminan en un albergue porque no hay quien decida acogerlos y educarlos.
Hay que poner ojo a los números porque las estadísticas del Poder Judicial revelan que en Costa Rica, en los últimos 10 años, la violencia intrafamiliar les ha costado la vida a más de 400 féminas. Mientras que datos del INEC señalan que, en promedio, al año se registran 500 partos de niñas entre los 10 y 14 años que fueron violadas.
A ello se suma que, según la Defensoría de los Habitantes, se les ha condicionado el trabajo o la educación con pretensiones de carácter sexual a casi 700 mujeres en solo tres años.
Todos debemos trabajar en este tema, primero las mujeres para empoderarnos y no permitir que nadie nos agreda de ninguna manera, pues debemos recordar que no solo son la violencia los golpes que han ido acabando con las féminas.
En segundo lugar los hombres deben entender que a base de golpes, maltratos y agresiones verbales no van a lograr nada con las damas más que meterles miedo.
Lastimosamente las agresiones ya no solo se quedan en el hogar sino que se han extendido a todos los ámbitos donde se desarrolla este sector de la población, lo que es sumamente injusto porque todos debemos tener las mismas posibilidades de disfrutar la vida.
Algunos piensan que la violencia hacia las mujeres implica solamente golpes, patadas y puñetazos, sin embargo están muy equivocados porque además de las agresiones físicas, los tocamientos impropios, los abusos sexuales y hasta las palabras hirientes son parte de esta ola de agravios a la que cada día se exponen las féminas.
Además como adultos tenemos el deber de guardar la compostura y no enseñarlas a nuestros hijos que con golpes se resuelve la vida porque si no cuando crezcan nadie los va a querer y los harán a un lado en los centros educativos por agresores.
Debemos poner las barbas en remojo y darnos cuenta que está en nuestras manos enseñarles a los pequeños a respetar a las mujeres, pero sobre todo que las niñas entiendan que no necesitan un hombre en su vida para ser felices, mucho menos si este no las valora, las maltrata y hasta puede llegar a matarlas.
Es hora de que las autoridades se aboquen a la prevención y la protección de las víctimas de violencia y no solo recuerden el tema cuando una mujer ha sido cruelmente asesinada por su pareja. La lucha no es de un día, debe ser de todo el año porque es injusto que más familias se destruyan por agresiones, celos y todos los antivalores que se conjugan cuando una persona pierde la razón.
No se trata solo de que la población se manifieste, también se debe poner la mano en el corazón y denunciar cuando se presencia este tipo de agresiones porque si no damos aviso a las autoridades nos convertimos en cómplices y más tarde nos lamentamos, pero para ese momento el “si yo hubiera…” ya no servirá de nada.
