El gobierno no logra pasar la página por la polémica del desaire a Brasil y todo lo que ha desencadenado este caso.
El pasado martes la Cancillería amonestó al embajador costarricense en Brasil, Jairo Valverde, por incumplimiento de funciones. Al diplomático se le envió una llamada de atención escrita, por parte del ministro de Relaciones Exteriores a.i, Alejandro Solano, por no cumplir con la entrega de informes de gestión y del Plan Prioritario Anual para 2016, según el reporte del Servicio Exterior.
“Se le amonesta y se le previene que debe ponerse al día, cumplir en tiempo y forma con la entrega de informes de todo tipo que requiera la Dirección General del Servicio Exterior, la Dirección de Cooperación Internacional y la Dirección de Política Exterior con el fin de que no se haga acreedor de medidas disciplinarias más graves”, dice la carta.
Según denunció el diputado liberacionista, Rolando González, esa falta por parte de Valverde, le mereció una calificación de 10,8 en una escala de 0 a 100, en su gestión al frente de esa sede diplomática. El legislador exigió su despido o renuncia.
Valverde ha estado en el ojo del huracán porque él elaboró los informes sobre la situación en Brasil tras la destitución de Dilma Rousseff. Esos informes que el Poder Ejecutivo esconde amparado en una declaración de reserva, fueron los insumos para que el presidente, Luis Guillermo Solís, se parara en medio del discurso del mandatario Michel Temer en la ONU, el pasado 20 de septiembre.
El gobierno envió a la Sala IV el pasado lunes sus justificaciones para no dar a conocer estos informes, luego de que el legislador González entablara dos recursos de amparo.
El pasado martes DIARIO EXTRA dio a conocer que el canciller Manuel González ordenó a todos los embajadores ticos remitir esos informes políticos solamente a él, al vicecanciller Solano y al director de Política Exterior, Christian Guillermet.
PERIODISTA: Carlos Mora
EMAIL: [email protected]
Miércoles 26 Octubre, 2016
HORA: 12:00 AM
SIGUIENTE NOTICIA