El Sancho de Don Pepe

José María Penabad López

--- Mira Sancho --- habla don Quijote --- yo traigo los refranes a propósito y vienen cuando los digo como anillo al dedo. Y si no me acuerdo mal otra vez te he dicho que los refranes son sentencias breves sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios. Donde una puerta se cierra otra se abre…

Orlando Núñez Pérez, periodista de altos quilates, fue confidente, consejero/amigo, auxiliar del presidente José Figueres Ferrer. El Sancho fiel y permanente del jefe de Estado. Ejemplo de lealtades: la libertad y Don Pepe.

Cargando a las espaldas 91 años de edad, ligero, ágil al andar, brillante, lúcido y, además, buen orador, Orlando, puntual siempre, y más cuando se trata de Don Pepe, recordó el 110 aniversario del nacimiento del hijo de San Ramón en fecha justa y hora oportuna: 25 de octubre/16.

El héroe cervantino cautivó al genio de Don Pepe. Ingeniosos hidalgos ambos. En época presidencial, el tres veces mandatario viajó para conocer in situ, tierra manchega, el tejido de la obra inmortal. Visitó la Sierra de los Molinos, en Campo de Criptana, donde levantan sus aspas al viento 34 circulares edificaciones típicas con acento de campanarios.

Sancho conduce a Don Pepe hasta la biblioteca centralizada en uno de los clásicos monumentos quijotescos que adornan y otorgan certificado de garantía a andanzas y razones del Manco de Lepanto.

Uno de los anaqueles del particular archivo de escritos y memorias recoge obras y biografías de figuras políticas. Allí están Perón, Mussolini, Stroessner, Hitler… también Figueres Ferrer. Y la reacción inmediata de Don Pepe fue llamar al bibliotecario, para rogarle:

--- Por favor, ¿le molestaría colocar a mi libro en otro lugar, distante?… No me gusta estar con esas juntas!!!

Paisaje de un lugar de La Mancha que repite ecos de las hazañas y cabalgaduras de los caballeros de tristes y alegres figuras, bajo cielo plano, azul y soñador. Don Pepe y su Sancho recorren caminos y praderas con la devoción/emoción de quienes siguen la ruta y vía del Calvario en Jerusalén. Cervantes, Don Quijote labran en los oros de la historia las ejemplares y gloriosas páginas del imperecedero quehacer de Miguel de C. Saavedra.

“Tuve el privilegio de departir con José Figueres Ferrer ---el Don Pepe por antonomasia--- muchas horas y muchísimos días, ocasiones en que reiteradamente me sorprendió la hondura de su talento, afán de cultura, visión penetrante de la historia y preocupación por el destino del país”, escribió Sancho/Orlando en la conmemoración del natalicio del Costarricense del Siglo XX.

Y apuntó más Núñez Pérez: “Lo había dicho Goethe: Pensar es fácil, lo difícil es actuar conforme al pensamiento. Don Pepe pensó y actuó”.

Tan Sancho fue Orlando para Don Pepe que el creador de la Costa Rica nueva, el inspirador de la democracia mayúscula, lujosa de América, eliminando el ejército, estableció la primera Oficina de Prensa presidencial que nunca antes había ocupado la atención de los mandatarios de turno.

Con el paso de los años constitucionales, los/la sucesivos ocupantes del sillón del poder, incrementaron importancia y personal al oficial departamento periodístico de Zapote hasta el punto que ahora lo han convertido en Ministerio.

Sancho/Orlando fue un todoterreno. En todo momento luz y sombra de Don Pepe. No se contaba con secretaria, ni misceláneo. Bastaba una máquina de escribir y un rincón, silla y mesa, mucho papel, en la casona del Ejecutivo.

La quijotesca Ínsula de Barataria ---cuna de la Oficina de Prensa--- simboliza el combate diario, sin tregua, que libraba Sancho/Orlando para explicar, rebatir o añadir lo que singularmente un frente mediático reprochaba sin pausa a Don Pepe. Por supuesto, dentro de un clima de respeto mutuo en aras de una ejercida libre expresión respirada a pleno pulmón. Aceptada beligerante oposición en un país de democracia.

El Ministerio de (in) Cultura, hoy, mantiene la estatua de Don Pepe recluida, con soga al cuello, en una bodega de añejos trasteros. Hay un decreto presidencial ordenando la restitución del bronce a su natural sitio, Plaza de la Democracia. El decreto no se cumple, nadie se preocupa. Ni la bancada liberacionista, en Cuesta de Moras, ni el Balcón Verde presionan para reparar los lamentables olvidos. Lo de la misteriosa soga en el cuello del ofendido implica resentimientos vetustos del anti/figuerismo obsoleto, desagradecido y retrógrado.

Sancho/Orlando subraya la verdad verdadera de Don Pepe, lección oportuna para quienes en el presente deciden en un Ministerio que “inventó” precisamente el ex Presidente irrespetado. Y vale recordar que el primer ministro de Cultura fue aquel culto don Alberto F. Cañas Escalante.

Núñez Pérez retrata a Don Pepe: “Fue su mejor afán el mejoramiento de las condiciones de vida de los menos favorecidos y, por encima de sus concepciones ideológicas, Don Pepe fue un pragmático en la búsqueda de soluciones posibles a los apremiantes problemas de la sociedad nacional”.

Rotundo Sancho/Orlando, al resumir a nuestro Don Quijote/Don Pepe: “Abrió caminos, corrigió rumbos, atisbó el futuro y dejó su impronta grabada en el espíritu costarricense”.

“Aquellos que allí ves ---respondió Don Quijote--- de los brazos largos, que suelen tener algunos de casi dos leguas… Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se aparecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas por el viento hacen andar la piedra del molino”.

(Tal como se reflexiona en la ESTAMPA de OjO)

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 24 Octubre, 2016

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