Larry Barry Williams fue ejecutado de dos balazos en la cabeza cuando lo emboscó una cuadrilla que lo metió a una vivienda en Curridabat, luego lo montó en un vehículo y lo lanzó frente a Multiplaza Escazú.
Fuentes confidenciales mencionaron que el carro fúnebre es un Hyundai Tucson blanco donde viajó la víctima de 26 años, quien era un guardaespaldas y miembro supuestamente de la banda de “Pollo”.
Según las autoridades, Barry debía dinero a varia gente de Río Azul, Linda Vista y Tirrases, por lo que lo andaban buscando para saldar cuentas, sin embargo, fue atraído por una mujer que sirvió de gancho.
Allegados al joven mencionaron de manera confidencial que era su punto débil al igual que los juegos en los casinos, donde cada vez que podía iba. Inclusive trascendió que solía visitar la playa en Puntarenas y Guanacaste, siempre rodeado de hermosas jóvenes a quienes consentía.
DIARIO EXTRA informó ampliamente el trágico desenlace que tuvo Barry, quien fue llevado al Hospital San Juan de Dios, pero el encargo estaba consumado. La policía teme que con esta ejecución se desaten nuevamente los crímenes en el sur de la capital.
Una de las teorías que están manejando las autoridades es que los cadáveres de sus enemigos son dejados abandonados en su propio territorio, para que su zona se mantenga en paz.
Una vivienda en Desamparados es donde permanecen los sicarios a la espera de que sus visores hagan el trabajo de inteligencia de su próxima víctima, donde una vez concretada esa labor, entran los pistoleros a realizar su encomienda.
Oficiales de la Fuerza Pública y del Organismo de Investigación Judicial se mantienen atentos al enfrentamiento entre grupos criminales.
