Costa Rica, Reino Unido y la UE

Editorial

La salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) no es un asunto que tengamos que ver de lejos en Costa Rica, por el contrario hay que mantener la vista en alto y los demás sentidos bien agudizados, pues la dinámica internacional así lo exige.

Todo lo que ocurre en el mundo tarde o temprano traerá cola y es inevitable que esa separación no repercuta en nuestro país, que tiene relaciones con los británicos y por cierto bastante frondosas.

Negar que Costa Rica sea apenas un espectador de esta histórica decisión es una utopía y más cuando muchos de nuestros productos han tenido titánicas jornadas de negociaciones para entrar a ese mercado tan exigente, pero a la vez tan bien remunerado.

El Gobierno aduce que por el momento no hay que alarmarse y eso se rescata, pero como apunta el dicho "camarón que se duerme se lo lleva la corriente". Si bien aquello quedará materializado en no menos dos años, es justo ponerse desde ya a dimensionar los daños o repercusiones en todos los escenarios ya que el tiempo corre.

Los exportadores de piña y banano temen consecuencias, se habla de al menos un 30% de ventas en ese mercado que se verán afectadas.

Sólo el sector bananero emplea a más de 42 mil personas de forma directa y 200 mil de manera indirecta, lo que revela que esa desunión sí golpearía al sector agrícola nacional.

En cuanto al turismo, Costa Rica vende fuertemente su imagen en ese país y al resto de Europa, pero tal coyuntura podría provocar, de acuerdo con los expertos, una baja en la cantidad de visitantes, asunto que desde toda óptica también se traduce en una consecuencia económica que recorre miles de kilómetros y rompe con el discurso de que la separación no trasciende del Viejo Continente.

La imagen de unión irradiada por Europa hacia Latinoamérica está hoy en jaque y eso los países de la región centroamericana no van a obviarlo.

Las futuras negociaciones en bloques no serán la tónica, por el contrario se estimula con tal separación un mensaje de bilateralidad que no ha sido jamás el fuerte de los europeos y que eventualmente podría repercutir a la hora de gestar relaciones con naciones pequeñas, que se verán poco atractivas.

Ahora bien, si Costa Rica sabe dimensionar los hechos acaecidos y aprovecha la buena fama y relación existente, podría darse la oportunidad de satisfacer la demanda de servicios de ese país, cosa que hoy hace la UE.

Ni qué decir de la opción de promover inversiones aprovechando la imagen, pero también la calidad del trabajo nacional, la estabilidad, la economía y otros factores positivos para los negocios que en la región sólo Costa Rica ofrece. Claro está, versus el alto costo de la vida y un rezago en infraestructura que nos restan algunos puntos referentes a las demás naciones del área.

Hay que revisar el tema de la Tasa Libor y los préstamos, pero de seguro -como destacan los economistas- esa es una de las mayores preocupaciones.

“La UE es una comunidad política de derecho constituida en régimen sui géneris de organización internacional nacida para propiciar y acoger la integración y gobernanza en común de los Estados y los pueblos de Europa. Está compuesta por 28 Estados y fue establecida con la entrada en vigor del Tratado de la Unión Europea (TUE), el 1 de noviembre de 1993”, mencionan los textos de historia y relaciones internacionales.

De ahí se destaca que surge como un mecanismo que busca mejorar la gobernanza y la integración entre países para un mejor futuro económico, político, social y cultural, siendo por años el referente y el ideal del resto de las regiones del mundo, tras evidenciarse en esa forma de organización progreso y bienestar, aunque hay sus excepciones.

Hoy el modelo pasa por un bache que obligará a los restantes integrantes a repensarlo, reestructurarlo o desintegrarlo, situación casi improbable, pues detrás de Reino Unido, los internacionalistas creen que otros podrán adoptar decisiones similares, lo que dejaría en evidencia algunas deficiencias de forma y fondo que urgen ser solventadas por los miembros.

No hay hoja de ruta clara en la UE, pues lo sucedido no se pensaba, lo cierto es que deberán revisarse desde los principios más básicos hasta las relaciones diplomáticas, comerciales y políticas a fin de mantener la estabilidad y prepararse para el largo proceso que implica la salida de los británicos.

Costa Rica no puede ni debe dormirse en los laureles ya que en negocios bien se sabe, de las crisis de unos, la oportunidad de algunos. Y Reino Unido es un socio comercial que no podemos perder de vista y menos cuando se atrevió a romper el molde.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 27 Junio, 2016

HORA: 12:00 AM