Amor al prójimo sobre todas las cosas
Editorial
Ver las desgarradoras imágenes que se desprendieron del atentado acontecido el fin de semana en Orlando, Estados Unidos, donde decenas de personas perdieron la vida y además otro tanto resultaron heridas, es sumamente triste.
Además de los videos que se subieron a Snapchat, redes sociales y hasta los mensajes enviados por los jóvenes a sus familias antes de ser heridos, tienen que hacernos reflexionar sobre todo lo que pasa, no solo en nuestro país sino en el mundo, donde cada vez estamos peor.
El amor al prójimo, la tolerancia y el respeto por las decisiones de nuestros semejantes parecen no importarle a nadie y en especial se está perdiendo el respeto a la vida, que es de las acciones más importantes en este planeta.
Si seguimos al ritmo que vamos pronto se va a despoblar la Tierra pues ya nadie aguanta nada, se está más sensible de la cuenta y muchos creen que la mejor manera de solucionar las situaciones son los golpes y las agresiones mortales. En la actualidad no hay día en que no veamos que en cualquier parte del mundo ocurrió un hecho de este tipo.
Lastimosamente en Estados Unidos, tal vez por ser uno de los países de más renombre, cuando suceden este tipo de tragedias se evidencian un poco más por parte de los medios internacionales que si ocurrieran en otra parte del mundo, pero el estrés que viven y las diferencias de criterios han llevado a varias personas a hacer esas matanzas, que lo único que hacen es llevar más dolor a las familias de las víctimas.
Desgraciadamente nuestro país no está exento de este tipo de situaciones y no vayamos muy lejos, recordemos el hombre que mató a otro tan solo porque le tocó el pito en medio de una presa. O de las agresiones y el bullying que está sufriendo una pequeña niña en su escuela únicamente por su elección religiosa y haberle regalado unas biblias a sus compañeritos.
Y si nos ponemos a pensar en lo que sufre la población de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales (LGTB) nunca terminaríamos porque a como hay personas muy tolerantes también hay otras que los discriminan, los tratan mal y en el peor de los casos hasta los agreden.
Lo más doloroso es ver cómo alguien decide matar a seres humanos por sus preferencias sexuales, cuando esto debería ser algo que a usted ni a mí nos importe, porque al fin y al cabo no los mantenemos ni mucho menos les servimos de colchón.
¿Acaso este hombre que hizo la matanza acabó -según él- con el problema que tenía? No, la violencia no es ni será nunca la solución.
Esta vida es un estire y escoge, por eso los heterosexuales y los homosexuales debemos mostrar respeto unos por otros, hay lugares para todo por eso debemos acomodarnos a las circunstancias.
Cada quien es dueño de sus acciones y de sus gustos; su vecino tiene un pensamiento diferente al suyo, eso no lo hace ni más ni menos persona que a usted. Aprendamos a respetarnos, pero sobre todo a querernos así como somos.
Llegó el momento de hacer un alto en el camino y entender que todos somos como los dedos de las manos: diferentes, pero solo juntos y unidos podemos hacer grandes cosas.
Tenemos que querer a nuestro prójimo, pero sobre todo aprender a respetarlo porque usted no sabe si en un futuro algún hijo o familiar suyo vaya a ser de la población LGTB y se podrá arrepentir de haberlos hecho a un lado o haberlos maltratado.
