¿Derechos humanos?
Lic. Carlos Daniel Gutiérrez Rojas*
Estuve leyendo medios de prensa escritos en los cuales se habla de la terrible situación que está viviendo la familia de Limón que fue atacada por un desalmado malhechor, al cual nuestras autoridades premiaron con el beneficio de ejecución condicional de la pena.
No se puede dejar de lamentar tan terrible situación, no se puede pasar por alto, no se debe permitir que esto continúe, al menos así pensamos la mayoría de los costarricenses, y digo al menos porque fue desmotivante leer que el señor Presidente de nuestro país haya exclamado “una golondrina no hace verano”. Qué mal, qué desazón. Esa expresión tan fuera de contexto no es más que el reflejo de nuestra sociedad, en la cual personas inocentes están pagando por las malas decisiones de nuestros gobernantes.
Pero más allá del ámbito político me pregunto, ¿señor Presidente qué espera, que en nuestro país se dé un caso como el de Brasil, en donde una turba violó a una niña de 16 años? ¿Será acaso que esa familia de Limón no es suficiente para dejar de emitir criterios antojadizos? Yo como ciudadano, esposo, padre, hijo, me siento dolido por esta familia, porque el esposo de la señora, los hijos y por supuesto la víctima de violación han sido marcados por tan lamentable y devastador hecho, tanto física como emocionalmente.
¿Qué hay de humano y dónde está el derecho? Esa es la pregunta que muchos nos hacemos. Los presidiarios que están cumpliendo condena se rasgan las vestiduras reclamando sus derechos humanos, y ¿qué pasa con los derechos de los demás humanos, de los que estamos afuera, de los que trabajamos para sacar adelante a nuestras familias, los que colaboramos con nuestro país?, ¿qué pasa con los derechos de las víctimas, a las que el Estado les tiene que brindar protección (eso incluye mantener a los delincuentes en las cárceles)?
La sensación de inseguridad que atraviesa el país, perdón, corrijo, la inseguridad que sentimos los ticos de a pie, es terrible porque pensamos más en la falta de seguridad jurídica que se está dando, en donde una persona puede ser procesada en los tribunales del país y a los pocos meses será puesta en libertad porque “pobrecito”. Esto hace que muchas personas se pregunten de qué sirve denunciar, si de todos modos ahorita los sueltan, si los medios de comunicación cuando van a las cárceles hasta los entrevistan y los hacen ver como “los menos malos”.
Las autoridades de nuestro país, en lugar de estar tratando de emular las condiciones de potencias económicas en cuanto a derechos humanos, deberían tratar de que los humanos tengamos derechos acordes a nuestra realidad porque tal vez nadie se los ha dicho, pero sépanlo, no somos una potencia económica, no hay capacidad instalada para asegurarle a los reos una cama, tres tiempos de comida, café de la tarde, postre, gimnasio, piscina y tiempo de esparcimiento al aire libre.
No tenemos cárceles suficientes para albergar a las personas procesadas, pues construyan más, eso no va a detener la delincuencia (pues es un problema social), pero al menos no habrá hacinamiento. La solución a la sobrepoblación en las cárceles no es dejar en libertad a las personas condenadas, inundando de delincuentes las calles, pues eso lo que hace es socavar y burlarse del trabajo serio y eficaz de nuestras autoridades (policías, jueces, fiscales y defensores).
Espero que este caso sea una luz de alerta, un alto en el actuar de los gobernantes que han apoyado esta política de dejar en libertad reos a granel, porque a pesar de todo aún se puede llevar este barco a buen puerto.
*Abogado
