Tomar consciencia
Alejandra Suárez Arias* / [email protected]
Según resolución 66/127 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se establece conmemorar el 15 de junio como el día mundial de la toma de consciencia del abuso y maltrato en la vejez, con el objetivo de sensibilizar y visibilizar ante la sociedad y los gobiernos las distintas formas de violencia que se dan hacia las personas mayores.
Las personas adultas mayores de todo el mundo deben enfrentar diariamente múltiples situaciones de abuso y maltrato, situaciones que van desde el aislamiento, agresiones verbales, abuso patrimonial, hasta la violencia física. Según reportes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada diez personas mayores sufre maltrato, de las cuales las más afectadas son las mujeres.
Por lo tanto, resulta imprescindible hacer un llamado a la toma de consciencia general, para detener este atropello a los derechos humanos de nuestros adultos mayores. Toda persona debe gozar del derecho al respeto, a su integridad, a su autonomía y a una vida digna.
El Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor de nuestro país (Conapam) ha recibido en lo que va del año 287 consultas y denuncias por situaciones de abuso y maltrato, mientras que según reportes de la Caja Costarricense de Seguro Social se notifican 426 casos de violencia intrafamiliar; sin embargo, sabemos que existen muchísimos otros casos, los cuales nunca salen a la luz y que se mantienen invisibles, silenciosos e impunes alargándose durante años.
Conocemos hechos que van desde una pensión “mal” administrada por los familiares, el saqueo a sus bienes patrimoniales, engaños, el abandono, el desprecio de la sociedad y de sus seres más cercanos, discriminación, maltrato en instituciones públicas y privadas, hasta fuertes agresiones tanto físicas, como psicológicas. Hechos que se deben denunciar y ante los cuales no podemos callar, ni mucho menos tolerar.
Asimismo, resulta prioritario empoderar a los adultos mayores, para que defiendan y exijan sobre sus derechos a ser escuchados, a ser respetados, a conservar y administrar sus bienes, a envejecer dignamente y por supuesto, instarlos a denunciar cualquier abuso, injusticia o daño que se cometa contra ellos.
No debemos olvidar que estas personas, ahora adultas mayores, con su trabajo, dedicación y esfuerzo, han dado todo por nuestro país, y seguirán haciéndolo. Ellas son un cúmulo de sabiduría y experiencia, que debemos proteger y reconocer con respeto y admiración.
*Área Ciudadano de Oro-CCSS
