Los cuerpos de inteligencia y otras entidades policiales del país han venido comprobando que los narcotraficantes mexicanos se han visto en la necesidad de bajar hasta Centroamérica a comprar todo tipo de armas, principalmente de guerra, para fortalecer sus carteles.
Los colombianos por su parte implementan la modalidad de intercambiar su droga por grandes cantidades de fusiles, con el objetivo de fortalecer a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), principal grupo subversivo en el mundo encargado de producir y comercializar drogas.
Según las autoridades, las armas y municiones son adquiridas en El Salvador, Honduras y Guatemala, pero principalmente en Nicaragua, luego son transportadas a nuestro país, las canjean por droga que viene del sur del continente.
Fuentes confidenciales mencionaron que el arsenal permanece varios días enfriándose para su posterior desalmacenamiento poco a poco, donde son trasladadas por tierra, aire y mar, incluso algunas se quedan en nuestro país como pago por el almacenaje.
Los emisarios de la droga eran colombianos que reclutaban ticos que les ayudaban en la logística y han estado radicados desde hace más de 10 años, han usado nuestro territorio de puente para su ilegal negocio.
LLENO DE COCA Y ARMAS
El primer caso que la policía relacionó con ese intercambio se registró el 24 de agosto de 2006, cuando detuvo en San José a los nicaragüenses Alejandro Obregón y Carlos Martínez con 10 cajas de munición 7.62, las cuales salieron de una bodega de armas en Alajuela.
Un día después de ese decomiso el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) allanó una vivienda utilizada como bodega en El Tejar de Alajuela y encontró 60 cajas con tiros de AK-47, 7.62x39 mm y otros 7.62x54 mm, munición para Dragunov (fusil semiautomático).
Además se ubicaron 13 propulsores para munición de RPG-7, que perfectamente podría derribar un helicóptero o una avioneta, todo sería intercambiado por droga.
En 2007 en una quinta ubicada en Santa Eulalia de Atenas las autoridades decomisaron 40 cajas de municiones 7,62x39, 2 bolsas de municiones para armas cortas y 52 armas entre AK-47, Galil y M16.
Dos semanas después de tan importante hallazgo se incautaron 3.150 kilos de cocaína en una vivienda ubicada en la urbanización Bariloche en San Joaquín de Flores, Heredia, donde al momento del allanamiento no había nadie.
Ese mismo año en una operación conjunta de la DIS y el OIJ decomisaron 2.533 kilos de coca en una casa en Turrúcares de Alajuela que servía de bodega, donde tenían un camión para repartir el cargamento por diferentes puntos del país.
DIARIO EXTRA tiene copia del certificado psicológico de idoneidad mental para portar armas de fuego en Costa Rica que fue emitido por un colombiano de apellidos González Rivas. En ese entonces inscribió 2 pistolas .40, una 9 mm y una .45 con dos cargadores cada uno.
La droga seguía saliendo, 800 kilos más fueron descubiertos en Lagunilla de Heredia y según la policía la galeta pertenecía a la organización de González Rivas, mientras que en San Ramón de Alajuela se descubrió un lote de potentes armas de fuego que estaban enterradas en un terreno.
