Una empresa de autobuses de Santa Cruz, Guanacaste, deberá pagar poco más de ¢4 millones a una empleada que despidió luego de que ésta presentara una acusación por hostigamiento sexual contra uno de los afiliados de la compañía.
Los magistrados de la Sala Segunda ratificaron el fallo emitido el Juzgado de Trabajo de Cañas y confirmado también por el Tribunal de Trabajo de Liberia a favor de la mujer despedida.
Según el análisis hecho por los magistrados, la trabajadora fue despedida sin causa justa, “...con motivo del escenario de hostigamiento sexual sufrido por la promovente...”.
Incluso, aseguran en el fallo que se infiere de la situación que la parte demandada quería evadir la situación de acoso denunciada “...confirmándose así la conducta abusiva y de mala fe que da pie a los daños y perjuicios de conformidad con el artículo 82 del Código de Trabajo...”.
Los magistrados determinaron que no podía realizarse la separación del puesto aduciendo que, a los 6 meses, la persona todavía estaba en un periodo de prueba.
En la demanda, la afectada pidió que se le pagaran los extremos laborales de diferencias de salario mínimo legal, preaviso, auxilio de cesantía, reajuste de aguinaldo, intereses sobre las sumas adeudadas hasta su efectivo pago, horas extra, así como daños y perjuicios por el despido y el acoso laboral sufrido.
Los alegatos de la empresa fueron que la actuación de uno de sus afiliados no son de su responsabilidad y que no es trabajador.
“...Además alegaron que la norma legal señala como elementos constitutivos de un acoso sexual, la existencia de una relación laboral, sea esta vertical o de jerarquía y una conducta grave y continua...”.
La Sala Segunda tuvo por demostrado que lo sucedido fue una especie de cese injustificado ya que no se demostró la causal de despido.
