De las 60 mil personas que se esperaba participaran en el simulacro de sismo, no todas se sumaron, lo que evidenció una fría respuesta, sin embargo se cumplió el objetivo, según aseguraron las autoridades.
La sirena alertó que todos debían salir de forma ordenada y en menos tiempo en los 25 centros de trabajo que se apuntaron la mañana de ayer en el centro de San José
Roy Barboza, secretario ejecutivo del Centro de Coordinación para la Prevención de Desastres Naturales para América Central, manifestó a DIARIO EXTRA que es importante realizar este tipo de actividades para mantener a la población preparada.
“La idea es que la población tenga nociones básicas durante un sismo de grandes magnitudes, que la gente se autocontrole y ayude a ordenar al resto y hacer las recomendaciones del caso. Debemos hacerlo en todo el país, hay que aprovechar los recursos, lo haremos de noche y en horas con mayor flujo vehicular y de personas, ver escenarios y estar en lo más real”, explicó.
Barboza agregó que es una experiencia positiva que debe generar sensibilización.
Una segunda etapa consistió en el rescate de personas en estructuras colapsadas donde participaron bomberos y paramédicos de la Cruz Roja y se desarrolló en La Sabana.
Entre las instituciones del Estado que participaron estuvieron, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), donde 6.500 funcionarios distribuidos en 28 edificios se tiraron a la calle en el menor tiempo posible y pusieron en práctica lo anteriormente planificado.
Pero las quejas de los clientes no se hicieron esperar y aseguraron que durante el evento el sistema 1113 colapsó durante varios minutos. Sin embargo, Alejandro Picado, director del centro de operaciones de emergencias del grupo ICE, aseguró que el simulacro se hizo lo más real posible. “El personal sin excepción abandonó el edificio garantizando un realismo posible, las líneas de servicios telefónicos no se caen, se saturan.
Entra los edificios más altos de la capital, con 23 niveles, dos sótanos, azotea y helipuerto, está el Banco Nacional, donde sus funcionarios abandonaron sus labores para cumplir con el protocolo de seguridad establecido.
Los parques capitalinos se llenaron de trabajadores de la Caja Costarricense del Seguro Social, Museo de Jade, Racsa, Compañía Nacional de Fuerza y Luz, Asamblea Legislativa, Tribunal Supremo de Elecciones y otras instituciones gubernamentales.
Las que menos participaron fueron las empresas del sector privado, ya que pocas se sumaron al llamado de las autoridades de primera respuesta.
Las quejas no se hicieron esperar, por ejemplo el sistema 1113 colapsó durante varios minutos.
