Al finalizar el partido todos se tiran al césped no para celebrar, algunos lloran por los gritos del público que reconoce el esfuerzo de haber ganado a los australianos 2-1, previamente ya habían superado a Argentina y Dinamarca en los preliminares, así es como el equipo de Costa Rica se dejó el oro en los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales en Los Ángeles, Estados Unidos.
María Antonieta Herrero, madre de uno de los jugadores, aplaude desde las gradas para festejar los golazos, igual que cuando juega Saprissa y la Liga, así es el ambiente bajo el fuerte sol, todos quieren fotos con los ganadores.
Su hijo Felipe, es uno de los sobresalientes en la escuadra nacional. Llegar cada día al entrenamiento ha sido complicado en ciertas ocasiones, pero su mamá nunca pensó que a los 30 años él se convertiría en un ganador que se forra en oro después de sudar en las canchas de California.
Vivir con Síndrome de Down no ha representado grandes limitaciones para el jugador, cada día su madre lo alienta para que sea más independiente, sin embargo, ella está a la expectativa para evitar que las cosas se salgan de control.
Roy González, el profesor del grupo, empezó a entrenar el equipo 3 meses antes de que llegaran a las Olimpiadas Especiales; cuenta que a veces le ha tocado ser el papá, otras el psicólogo, pero siempre el profesor.
"Cuando estábamos entrenando en Costa Rica pusimos cintas y platos para que ellos se guiaran y no salieran de la cancha, después tuvimos que quitarlos y entrenarlos para que supieran cuál era el objetivo; los resultados se vieron hoy con el triunfo sobre Australia que costó; pero al final se sacó", dijo González.
