Los Ángeles, EE.UU.- Esta es la primera vez que Costa Rica participa en el baloncesto femenino de Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales, en su entrada tropezó; el equipo fue superado por las egipcias.
A cada canasta, el equipo celebró, pero el marcador ha traicionado, el logro quedó en hacerse con la clasificación que las llevó a la competencia.
Las ticas se vieron impresionadas por la vestimenta de las egipcias que llevan su burka, mientras corren tras el balón en las canchas de la Universidad del Sur de California.
La burka es un manto con el que las mujeres musulmanas cubren sus cabezas por mandato religioso, tras la primera impresión, las ticas se acostumbran a jugar contra ellas.
Yendri Arguedas, integrante del equipo en la modalidad unificada, se mira los pies y dice que ellas eran muy buenas, la diferencia fue solo de unos puntos pero ella llora porque no ganó.
Sus lágrimas se hacen comprensibles al saber el esfuerzo que hace cada día, en los que camina hasta 5 kilómetros para ir a entrenar porque es otra de los atletas que no recibe financiamiento, excepto cuando sus profesores le ayudan con los pasajes.
La suya es una vida en la que todo lo que tiene lo agradece con sinceridad y amabilidad, inclusive cuando llora se muestra humilde y sonriente.
Al final el marcador no les favoreció, pero el esfuerzo ha sido como el de Yendri, dar muchísimo por estar en la competencia, tras ellas ya hay mucho camino, inclusive a 5 mil kilómetros de distancia de Heredia, se sienten orgullosas de cada paso.
