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Deportes

Nadie se queda en el banquillo

Balonmano azota competidores en Olimpiadas

El equipo minutos después de superar en la tabla a España y Dinamarca

Los Ángeles, EE.UU.- A solo 15 minutos de iniciado el juego de balonmano de Olimpiadas Especiales en el Centro de Convenciones de Los Ángeles, los jugadores ticos doblegaban a los españoles llegados desde Barcelona, a pesar de los numerosos gritos de apoyo de la barrera europea, los nuestros vencieron por una diferencia de 15 puntos.

 

El entrenador Oldemar Quesada salta con energía cuando ve las diferencias numerales en los marcadores, desde hace un año prepara al equipo y los cuida cual si fueran sus hijos, su mayor estrategia es la regla básica de todos los juegos de Olimpiadas Especiales: inclusión, por lo tanto, nadie se queda sentado en la banca, todos juegan relevándose en los 5 puestos a medida que avanza el partido.

 

Con el triunfo, todos celebran porque es de todos, cada miembro ha sudado por el nombre que sube paulatinamente en los marcadores oficiales.

 

La mayoría de este equipo viene de la zona de Los Santos, el ajetreo los mantiene alejados de la logística de los Juegos Mundiales, pero todos son conscientes que están haciendo historia, haciendo algo diferente; mientras se funden en un abrazo llenos de sudor gritan: "¡ticos, ticos!".

 

Quesada explica que en los últimos meses han intensificado su entrenamiento, por su capacidad intelectual no se les puede dar más de una indicación a la vez, el trabajo ciertamente es cansado, pero el entrenador se muestra orgulloso por los resultados, hay personas que simplemente pueden conectarse con estos muchachos y entenderlos, una habilidad que su profesor maneja con astucia para que ellos se concentren y den lo mejor de sí.

 

Mientras el público los ve jugar hay ciertas cosas que son evidentes, el equipo se ve a los ojos y cuando uno de ellos anota, todos festejan con el que está a la par, no importa si es un español de 40 años que nació con Síndrome de Down o es uno de los vecinos de las montañas cafeteras de Costa Rica.

 

José Emiliano, vecino de León Cortez, es uno de los más conscientes del grupo, aun cansado se da a entender que sabe que Costa Rica lo está viendo y que cuando vuelva, las medallas le compensarán sonrisas y abrazos, esa parece ser su prioridad.

 

“Tenemos nuestra estrategia”, dice mientras se apoya con las manos en la cadera como los futbolistas profesionales de la televisión, los aplausos de la gente todavía se escuchan y eso lo hace feliz, no deja de ver a los desconocidos que les muestran orgullo.

 

Su entrenador dice que el balonmano no es uno de los deportes más importantes, pero señala varias veces que su equipo va por buen camino, iría mejor con más recursos especialmente para los muchachos que no tienen las mejores condiciones económicas; con todo, él aclara que el apoyo de la Organización de Olimpiadas Especiales es vital para alcanzar las canchas en Estados Unidos.

 

"La preparación prácticamente ha corrido por nuestra cuenta y eso a veces nos pone limitaciones, a veces lo que hacemos es que estrenamos con equipos de Tarrazú", reconoció el profesor.

 

En este equipo también compiten jugadores de Guanacaste; es imposible saber la logística de las familias para que se unan en las prácticas, sin embargo no es sorprendente, cada uno de ellos tiene una historia que contar sobre la realidades de un país que tiene pendiente equiparar las condiciones para sus deportistas, con discapacidad cognitiva o sin ella, porque el esfuerzo en estas canchas no se mide, solo al final, cuando el oro cuelga de sus cuellos y el público les grita en varios idiomas que ellos nunca han escuchado.

 

Emiliano cuenta que no trabaja, aunque está en edad de hacerlo se dedica a entrenar, las oportunidades para esta población nuevamente revelan los límites que les impone la sociedad.

 

De ahí viene su fuerza, de demostrar su valentía en el deporte, deber correr más rápido, lanzar más fuerte que los competidores.

 

Hacia el final del juego abrazan a los españoles, ellos también sonríen aunque perdieron, el esfuerzo pasa a ser su logro.

 

En este grupo, además de Costa Rica, están España, Dinamarca y Grecia; de ellos solamente los helenos no se han encontrado con los ticos, sin embargo, su entrenador promete oro, no para él, si no para el país.

 

La mayoría de los atletas de balonmano no habla mucho, pero grita el nombre de Costa Rica, los que sí se expresan insisten en que la experiencia de ver tanta gente y jugar ante un público así es la primera vez.

 

José, el jugador de León Cortez, ve a la gente que les reconoce y afirma que lo disfruta.

 

"No mucha gente en Costa Rica puede hacer esto, venir a Estados (Unidos) y hacer lo que hacemos nosotros; por eso queremos llevar medallas para que sepan que nosotros también somos buenos", insistió. Hoy, los vecinos de Tarrazú, de Guanacaste, y su compañero de León Cortez, juegan con el último competidor, Grecia; si triunfan, traerán más oro al país, sino su esfuerzo será aplaudido y su avance vitoreado, desde ya son campeones especiales.

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Miércoles 29 Julio, 2015

HORA: 12:00 AM

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