Inspiradoras
Marcela Chacón / Página Abierta
La semana pasada tuve la oportunidad de asistir al Foro Forbes de Mujeres Poderosas de Centroamérica y escuchar las ideas, los testimonios y los retos compartidos por muchas mujeres brillantes que ocupan puestos relevantes, o que mediante el emprendimiento han logrado abrirse camino dentro de mercados tan competitivos como los nuestros.
Hubo representantes de los distintos países de la región, cada una en su tema, cada una solidaria, cada una madre, o esposa, o hija, o amiga… y todas con un común denominador: son mujeres exitosas. Y nuevamente se confirmó que el éxito no está limitado a quienes nacen dentro de una determinada clase social o con accesos especiales a sistemas educativos privilegiados. El éxito reside en cada una de nosotras, y depende de nuestro propio empoderamiento el aprovechar esas ventanas de oportunidad que se nos presentan a lo largo de la vida y explotar el potencial que llevamos en cuerpo, mente y alma.
Tan exitosa puede ser la profesional que trabaja fuera de casa como lo puede ser la madre que permanece en ella cuidando de su familia. Una de las expositoras fue muy clara al ejemplificarlo de la siguiente manera: “Es cierto que he sido muy exitosa y que he ocupado puestos muy importantes en mi vida; pero mi mamá fue más exitosa aún… ella crió a la Tesorera de los Estados Unidos.”
Algo que me llamó la atención y con lo cual coincido completamente fue el comentario que hiciera una panelista en el sentido de que ojalá en el futuro cercano ya no haya foros de mujeres motivando a mujeres para hacer este cambio tan necesario en nuestras sociedades. Ojalá que los próximos foros sean de muchos hombres y mujeres trabajando como pares, teniendo en mente que es nuestro deber como personas elaborar políticas, generar condiciones y liderar iniciativas tendientes todas al mejoramiento de nuestra sociedad y pensando siempre en dejar un mundo mejor para aquellos que vienen detrás.
Solo cuando hayamos roto la barrera del género y hayamos hecho propio y pongamos en práctica real el convencimiento de que no podemos seguir dividiendo entre hombre y mujer, sino que hasta por un asunto de beneficio general resulta más conveniente sumar y multiplicar como seres humanos dignos, con sueños y derechos, será que alcanzaremos ese mano a mano que refleje nuestra igualdad en medio de la diversidad. Nadie dijo que sería fácil… nada en la vida lo es. Pero es un reto por el que muchas personas estamos apostando y que espero logremos alcanzar.
Gracias por leerme una vez más.
