Heredia.- Faltaban un par de minutos para que terminaran los tiempos suplementarios y cayó el gol de Keyner Brown que le dio vida al Herediano. Al otro extremo de la cancha el portero Leonel Moreira se hincó y celebró la conquista a todo galillo, en ese momento supo que la noche era suya.
Para la tanda de penales Ariel Rodríguez la mandó arriba, le detuvo el penal con dos paradones a Kevin Sancho y Johan Venegas, y al final estuvo cara a cara con Ronald Matarrita, quien también erró para que el Team levantara su copa 24.
Todo un desahogo para el portero, quien en varios partidos fue el villano del equipo para la afición, cuando a los 30 segundos en Guápiles una mala salida provocó el gol del empate en el global ante el Santos en semifinales, y una pésima salida al minuto de juego puso a remar contra corriente a su equipo en la final de ida.
Pero el cuidapalos nunca bajó los brazos, siguió luchando y como él mismo dice: “Lo bonito del fútbol es que te quita y te da, pero cuando te da es en grande”.
Moreira fue el héroe rojiamarillo en la ruleta rusa, se mostró seguro, confiado. Antes del primer tiro se hincó, alzó los brazos y elevó una plegaria al Todopoderoso.
“Darle las gracias a Dios porque Él me dijo cada movimiento y paso que tenía que dar y lo hice de buena manera”.
Cuando Matarrita erró, Moreira de inmediato corrió a los vestidores a celebrar con los suyos, quienes lo acompañaron en los momentos difíciles que vivió durante el torneo, siendo el blanco de las críticas.
“Esto hay que celebrarlo con ganas porque no toda la vida se celebra un campeonato, hay que aprovechar las oportunidades y la verdad es que Dios no me abandonó. Le pedí que me diera sabiduría y entendimiento para poder parar los penales y fui un instrumento de Dios”, agregó.
En la tarima de premiación el guardameta fue de los que más celebraron. “Aquí les enseño a los aficionados que me criticaron, soy el campeón. Los porteros siempre estamos en el ojo de la crítica, pero esto es lo bonito del fútbol”, afirmó.
Confesó que para esta oportunidad no se preocupó por estudiar a los lanzadores de penales del rival. “Una vez me pasó que estudié a los rivales y no adiviné ninguno”, indicó.
De paso se abrazó con su compañero de mil batallas, Daniel Cambronero, quien también fue blanco de las críticas. “Cambronero es mi gran compañero, él y yo sabemos lo que es luchar en este equipo”, declaró.
Por último, confesó que es de los títulos que más ha disfrutado por la tormenta que le tocó atravesar.
